El sábado 16 de septiembre las jóvenes mujeres junto a familiares de Nadia Benítez, organizaron una gran mateada de mujeres, en la plaza del barrio Ludueña de Rosario. La convocatoria, que fue promocionada con el reparto de 1.000 volantes por todo el barrio, invitaba a todas a venir a charlar sobre lo que nos pasa todos los días y a buscarle la punta al ovillo en esta terrible situación de violencia inusitada que se cobra la vida de una de nosotras cada día que pasa.
El sábado 16 de septiembre las jóvenes mujeres junto a familiares de Nadia Benítez, organizaron una gran mateada de mujeres, en la plaza del barrio Ludueña de Rosario. La convocatoria, que fue promocionada con el reparto de 1.000 volantes por todo el barrio, invitaba a todas a venir a charlar sobre lo que nos pasa todos los días y a buscarle la punta al ovillo en esta terrible situación de violencia inusitada que se cobra la vida de una de nosotras cada día que pasa.
El 6 de febrero de este año, en horas de la madrugada, Nadia Benítez, de 32 años, mamá de una adolescente de 13 años, fue víctima de femicidio a manos de su pareja, Federico Aranda de 28 años de edad, quien después de una discusión, la golpeó salvajemente, y luego simuló una caída desde el primer piso de su vivienda. Familiares de Nadia, que viven en la planta baja de esa casa, la encontraron en el patio, bañada en un charco de sangre, en los brazos de Federico que a los gritos “quería despertarla”.
La primera autopsia dio como resultado que la muerte fue debido a los severos golpes que recibió en el cráneo. Detuvieron a Federico Aranda, y se encuentra con prisión preventiva; pero, una vez más, el Estado aparece actuando de la peor manera: la jueza Lamperti, que está a cargo de la causa, en el mes de agosto le otorgó el beneficio de salidas laborales transitorias.
La familia se enteró porque lo vieron circular impunemente por el barrio. Ninguna autoridad ni funcionario judicial los notificó de esto, ni de nada de lo que ocurre en la causa.
Ante el dolor y la desesperación, las hermanas y amigas de Nadia se acercaron a la Multisectorial de mujeres de Rosario, y desde allí se organizó una movida frente a la fiscalía para reclamar que de inmediato se suspenda el beneficio al femicida, como así también, se aceleren los trámites para que la familia se constituya como querellante en la causa. La convocatoria, a la que se sumaron diversas organizaciones, y donde fuimos acompañadas por Mercedes Meier, diputada provincial por el Frente Social y Popular, fue un éxito, ya que adelantaron la audiencia y la familia ya está en condiciones de sumar pruebas y de acceder al expediente; y lo principal: se dejó sin efecto el beneficio otorgado a Aranda, puesto que desde la fiscalía se movilizó al domicilio del empleador, para solicitarle no renueve los trámites que posibilitan la medida a través de la cual la jueza Lamperti lo deja salir transitoriamente, con lo que el empleador acordó.
En este camino, las mujeres cercanas a Nadia, entendieron la necesidad de organizarse en el barrio y comenzar a tomar el problema en “nuestras manos”, por ello acompañadas por las más jóvenes y con todo el entusiasmo armaron la agrupación “Mujeres de barrio”, y este último sábado llevaron a cabo una mateada donde asistieron las vecinas, amigas, y muchas otras que se fueron acercando a la ronda que se armó en la plaza. Los relatos conmovedores, dan cuenta de una realidad cada vez más difícil para las mujeres, sobre todo en los barrios más carenciados, donde el ajuste viene golpeando duro y tanto la desocupación como la droga van ganando terreno a pasos agigantados. Con mucha atención y respeto, se contaron historias, se discutieron ideas, compartimos experiencias y diversas estrategias que desde lo colectivo elaboramos frente a casos concretos; y, se fue haciendo cada vez más evidente, la inmensa necesidad que tenemos las mujeres de unirnos y organizarnos para luchar contra estas injusticias, entendiendo la legitimidad del reclamo por la emergencia en violencia contra las mujeres en todos los niveles del Estado.
El dolor por la pérdida de Nadia va pariendo una nueva lucha que, desde la multiplicidad de experiencias e ideas, se suma a la lucha de todas por transformar la realidad que nos oprime.