El 30 de agosto, un día antes del día de la obstetricia y la embarazada, y a siete años de la muerte de Benjamín, las familias de Lud María, Juan Pedro, Benjamín y Jocelyn compartieron con los presentes sus relatos de perder a sus recién nacidos y de buscar justicia para ellos, relatos terriblemente parecidos entre sí.
Alicia tuvo un embarazo sin complicaciones. Su obstetra le dijo que estaba todo perfecto. El 30 de agosto de 2012 llegó al hospital de Jardín América y a partir de allí todo fue maltrato verbal, físico y psicológico.
La atendió la médica de turno. Alicia pasó a la sala de internación y le prohibieron tener contacto con su familia. Abandonada en la camilla por horas, no aguantaba más el dolor. Al llevarla a sala de parto, comienza la tortura: ella pujaba pero el bebé no salía. Entre otras aberraciones le decían “Tenés que hacer parir a tu hijo porque si le pasa algo vos vas a ser la culpable”.
Pasaban las horas, los nervios y el cansancio de una joven mamá primeriza se hacían sentir. Episiotomía sin anestesia. Gritos de dolor. La doctora le rompe la bolsa y el líquido amniótico se mezclaba con la sangre. La familia seguía en la sala de espera sin novedades. Luego de más de seis horas en la sala de parto, sin fuerzas, Alicia pide una cesárea.
“El cirujano llega y pregunta si tenía plata, y le dije que hablara con mi papá que estaba afuera”. El padre le ofreció al cirujano todo lo que tenía: la moto, algo de dinero y la promesa de conseguir más en los próximos días. “El doctor volvió y me gritó: `no te voy a hacer la cesárea porque tu papá no tiene un peso. Y se sentó al lado de la doctora a ver cómo me desangraba” cuenta Alicia.
El maltrato siguió varias horas más. “A las cinco y algo de la mañana, la enfermera puso un cajoncito, se subió y empezaron a practicar la maniobra de Kristeller, que está prohibida, que consiste en presionar el abdomen y hacerte parir a la fuerza”, contó.
Finalmente salió Benjamín. No sobrevivió. Alicia despierta varias horas después. Todavía en sala de parto, sola, en la misma posición, desangrándose. La denuncia mediática de Felipe, padre de Alicia, logra conseguir el traslado a Posadas donde la operaron de urgencia. Los médicos no daban muchas esperanzas. Luego de la internación, pasó una semana hasta que pudo volver a caminar.
La Justicia que no responde
Desde entonces Alicia recorre las instituciones y la “Justicia” misionera buscando que los responsables de la muerte de su hijo paguen por su delito, y por sobre todo, que no puedan volver a hacer pasar a otra madre ni a otro bebé por lo que le hicieron pasar a ella.
Conversamos con Alicia Monzón, madre de Benjamín, sobre la movilización: “No son casos aislados, ocurren en toda la provincia. Estamos muy indignados y con mucha impotencia de cómo actúa el poder judicial ante estas causas porque dilatan mucho. El sistema está preparado para que nosotros nos cansemos y bajemos los brazos. Y les garantiza la impunidad a estos médicos que encima siguen trabajando sin ningún tipo de sanción del Ministerio de Salud. Tienen antecedentes varios por casos de mala praxis y violencia obstétrica y el Estado no actúa. Es terrible como la Justicia les garantiza impunidad”.
Llegamos al Juzgado de Puerto Rico, pero no salió nadie del Juzgado ni de la Fiscalía a dar la cara. No había nadie a cargo. Fue una falta de respeto. No dieron respuestas ante lo que habían prometido el año pasado. Las causas no tienen fiscal porque la que hay está hace años de permanente licencia, no aparecen los jueces, por lo que las causas están en riesgo. Mucha impotencia. Mucha indignación. Además, no hay nadie que pueda garantizar el cumplimiento de la investigación porque médicos, abogados y jueces son todos amigos.
Pero esta concentración la hacemos porque vemos que nos tenemos que unir. Vamos a seguir luchando. Seguimos buscando justicia.
Corresponsal
Hoy N° 1781 04/09/2019