Con el paro y las históricas asambleas generales del mes de abril en Cañadón Seco, 5.000 petroleros santacruceños echaron a la comisión directiva encabezada por el traidor Héctor “Chako” Segovia. Los interventores de la Federación tomaron el compromiso de convocar a una asablea general extraordinaria en el término de 120 días, para conformar la junta electoral para las nuevas elecciones del poderoso sindicato petrolero, que cuenta con 9.300 afiliados. La intervención no cumplió.
Con el paro y las históricas asambleas generales del mes de abril en Cañadón Seco, 5.000 petroleros santacruceños echaron a la comisión directiva encabezada por el traidor Héctor “Chako” Segovia. Los interventores de la Federación tomaron el compromiso de convocar a una asablea general extraordinaria en el término de 120 días, para conformar la junta electoral para las nuevas elecciones del poderoso sindicato petrolero, que cuenta con 9.300 afiliados. La intervención no cumplió.
Se sucedieron despidos, el maltrato revanchista de parte de Repsol-YPF (Eskenazi-K), el descuento de todo el mes de junio de paro, y la salvaje represión en Las Heras con la detención de los dirigentes petroleros Víctor Oñate y Juan Acosta, que todavía siguen injustamente presos, pese a las movilizaciones, denuncias y al reclamo de los Cuerpo de Delegados.
Todo esto gracias a la intervención de Carlos Flaquier y Dante González, de la Federación, que “dejó en banda” a los delegados, avalando la brutal represión kirchnerista y el revanchismo de las operadoras. Esta represión, del gobernador kirchnerista Peralta, la sufrieron también los docentes en su histórica lucha, con descuentos y procesamiento de muchas compañeras y compañeros.
Vencidos los 120 días del plazo para las elecciones, el jueves 25 se llevó a cabo una asamblea convocada por los cuerpos de delegados petroleros de Caleta Olivia, Pico Truncado, Las Heras y Gallegos, donde 600 trabajadores decidieron un quite de colaboración hasta las 12 de la noche a partir de allí paro por tiempo indeterminado, y la vigilia en las rutas. En Río Gallegos los trabajadores tomaron la planta de Petrobras de Punta Loyola, clave por el paso de la producción de gas hacia el norte.
El mismo día que empezó el paro estaba Sebastián Eskenazi, vicepresidente de Repsol-YPF en Río Gallegos junto al gobernador Peralta “prometiendo inversiones”, mientras siguen saqueando alevosamente nuestros recursos estratégicos. Y ajustan la “paz social”, léase la represión a las luchas, como dijo el kirchnerista Peralta “no vamos a permitir el corte de la producción ni los cortes de ruta”.
Ni bien llegaron los trabajadores petroleros a la ruta 12 en Pico Truncado y en Caleta Olivia, un masivo operativo de infantería y gendarmería se puso enfrente para impedir el corte de la ruta, con gases y balas de goma. Así y todo la lucha garantizó que no “suban a trabajar” los equipos de perforación, terminación, pulling y servicios especiales, claves para paralizar la producción. Mientras tanto el kirchnerista Peralta seguía maniobrando con promesas de gestiones para las elecciones sindicales, punto central de reclamo.
Ocupación y represión
En la madrugada del domingo, alrededor de 300 petroleros tomaron la planta deshidratadora de Respol-YPF en Cañadón Seco, a 15 kilómetros de Caleta Olivia, lo que llevó a que empezara a detenerse la producción. Entonces se produjo la brutal represión kirchnerista con balas, tiros, gases a los compañeros y sus mujeres por parte de la infantería y la gendarmería, como le había dicho Peralta a Eskenazi: “si paran la producción vienen los palos”. Una vez más el gobierno de Cristina Kirchner se sacó la careta “de nacional y popular” y mostró que está al servicio del saqueo y superexplotación de los monopolios imperialistas petroleros, y de sus propios negocios en Repsol con su socio Eskenazi.
A partir de ahí los centenares de petroleros, con sus familias, y amigos se reagruparon movilizándose al Gorosito en Caleta Olivia. Igual que en la lucha petrolera de febrero del 2006 en Las Heras, que rompió el tope del impuesto a las ganancias, el gobierno K armó una provocación contra el intendente Cotillo, para presentarse como víctima “de los petroleros”, para ocultar la brutal represión antiobrera y el avasallamiento de todos los derechos constitucionales, igual que como hizo con la histórica lucha docente donde siguen procesando compañeros.
El domingo siguió con dos asambleas: una en Pico Truncado a la salida frente al “Bridasaurio”, luego de los debates se hizo una caravana hasta el Gorosito en Caleta Olivia, donde más de 300 petroleros denunciaron la represión y exigieron la inmediata convocatoria a elecciones, demostrando que están dispuestos a defender su organización sindical, de manos de la intervención de la federación, el gobierno de Peralta y Repsol-Eskenazi.
Unidad y solidaridad de todos los trabajadores y el pueblo santacruceño con la justa lucha de los petroleros, contra la política represiva y entreguista del gobierno kirchnerista y la recuperación de su sindicato petrolero.
¡Fuera la intervención!
¡Elecciones ya!
¡Libertad a Víctor Oñate y Juan Acosta!