Las elecciones del 10 de julio, que el kirchnerismo nacionalizó para engordar a Macri y dejarlo al borde de la reelección, mostró que el pueblo de la ciudad de Buenos Aires castigó duramente la política K.
Las elecciones del 10 de julio, que el kirchnerismo nacionalizó para engordar a Macri y dejarlo al borde de la reelección, mostró que el pueblo de la ciudad de Buenos Aires castigó duramente la política K.
El kirchnerismo, de la mano de Filmus, creyó que su diferencia sería menor al 10% en primera vuelta y se autoproclama ganador, pero esconde que gobernaba la ciudad en alianza con Ibarra, responsable de las 194 muertes de Cromagnon, y que en aquella primera vuelta tuvo 100.000 votos más que ahora. Esconde esto de la misma manera que oculta que descarga la inflación sobre el pueblo y que llenó sus bolsillos con el “capitalismo de amigos”, de lo que el caso Shocklender es un buen ejemplo. Tiene un discurso de izquierda y un accionar de derecha.
Macri, que hizo de la cuidad un negocio fenomenal, deja de lado la educación con sus escuelas destruidas, la salud pública sin insumos y pagando a sus trabajadores salarios miserables. Macri, que ejecutó el 5% de la vivienda popular, no recibió un cheque en blanco, ya que es el mismo que se encuentra procesado por las escuchas ilegales, entregó sin licitación muchas concesiones y prácticas políticas xenófobas, palos y muertes para los que necesitan tierras para vivir.
Ambos aparatos representan la derecha en la cuidad de Buenos Aires. Hoy vamos a la segunda vuelta. Filmus = Shocklender. Macri = “Fino” Palacios. ¿Quiere usted esto para la ciudad?
No vote ninguna de las dos derechas. Vote en blanco o anule el voto.