Las mujeres sabemos mejor que nadie que la plata no alcanza, que cada vez se puede comprar menos, que los precios sugeridos por el gobierno son una mentira más. Mientras los grandes monopolios se siguen llenando los bolsillos con la exportación, las góndolas de los supermercados no nos ofrecen ofertas ni segundas marcas más económicas.
Hace mucho frío y la garrafa está entre 28 y 35 pesos y no dura más de una semana. Nos dicen que la economía crece pero ¿hacia dónde? ¿para beneficio de quién?
Las mujeres venimos protagonizando luchas junto a nuestro pueblo, salimos a la calle por aumento de salarios, por ejemplo en las luchas docentes de todo el país; el reciente corte de la Panamericana de las trabajadoras y trabajadores de Terrabussi; en las marchas recientes de los desocupados.
Nos vamos organizando al calor de la lucha y los debates que se abren alrededor de los casos de Romina Tejerina, Susana Coliman y más jóvenes que sufren por ser pobres y por ser mujeres. Somos protagonistas de un debate muy profundo alrededor de nuestro rol, sobre nuestras condiciones de vida, sobre la violencia que sufrimos. Este debate dejó de ser de “algunas” para pasar a ser de “todas”.
En este marco, son muchísimos los lugares en donde se está juntando peso por peso para ir al Encuentro. Esta es una característica que no se dio en años anteriores, ahora se empezó antes y se van realizando distintas actividades e iniciativas para que ninguna se quede sin ir a Córdoba. Los motores ya se prendieron y las mujeres, con sus experiencias de lucha de este año y habiendo avanzado mucho en los debates específicos, confluiremos una vez más en nuestro Encuentro Nacional.