Carta abierta de René Salamanca a los compañeros trabajadores
Extractos de la carta publicada en Nueva Hora (antecesor de hoy) N° 162 de diciembre de 1974.
Carta abierta de René Salamanca a los compañeros trabajadores
Extractos de la carta publicada en Nueva Hora (antecesor de hoy) N° 162 de diciembre de 1974.
Me dirijo a los mecánicos de Córdoba, y a toda la clase obrera y el pueblo en general, por dos razones. Porque se me hacen ataques que, además, ofenden al glorioso proletariado mecánico cordobés y porque el país vive momentos decisivos que exigen la reflexión profunda.
En el país se ha ido creando una situación golpista, como en 1955. Eso obliga a definirse con claridad a todo el mundo.
Y yo ya estoy definido: yo estoy contra todo golpe de Estado, venga de donde venga. Y para ser más preciso afirmo que frente a ese golpe que hoy se cocina en la Argentina, yo llamo a los compañeros mecánicos y al pueblo a defender la voluntad popular, defender el gobierno de la señora Isabel de Perón, en el camino de la liberación definitiva del pueblo y de la patria. Como obrero y dirigente mecánico digo que estaré en esa trinchera, y que iré a la cabeza, como siempre estuve a la cabeza, en el combate con mis compañeros.
Son dos los golpes de Estado que actualmente nos amenazan. Uno es el que empujan los sectores proyanquis, quienes derrotados con la dictadura militar [de Lanusse], no obstante reagrupan sus fuerzas, se emboscan y trabajan en el desgaste progresivo del gobierno. Pero el otro golpe, el más activo y peligroso en este momento, es el que empujan los amigos de la otra superpotencia imperialista, los amigos de la Unión Soviética. Estos se montan en los sentimientos antiyanquis y democráticos de sectores populares y de las FFAA, para propagandizar y organizar un supuesto golpe “progresista”, al que también llaman “constitucionalista” o “peruanista”. Sin embargo nadie se engaña: detrás de esa alternativa están el Lanusse de Trelew, el Carcagno que reprimió el Cordobazo, el Gelbard del “Pacto Social” y de la superexplotación a los trabajadores, están muchos gorilas y oligarcas que hoy ven en la URSS un “socio” para sobrevivir a costa del pueblo.
Y en ningún sentido debemos hacernos ilusiones, porque cuando esos personajes salgan a la calle va a ser también para reprimir salvajemente, porque será también un golpe contra nosotros y por eso abrirá un oscuro período histórico, como el que vivimos los obreros desde 1955. De esa sangre ya tenemos claros ejemplos: tanto el terrorismo de derecha de las “3 A”, como el de los grupos que se dicen “socialistas” y actúan al margen de las masas, sólo persigue debilitar al gobierno y atemorizar al gobierno, queriendo inmovilizarnos mediante el terror o el crimen…
Ambos golpes impulsan e instrumentan ese terrorismo, frente al que siempre nos pronunciamos en contra. Y ambos golpes aprovechan también las debilidades y errores del gobierno de la señora Presidente, errores producto de un apolítica que no va a fondo contra los principales enemigos del pueblo y de la patria: los imperialistas yanquis y los terratenientes y grandes capitalistas a ellos asociados. Por eso vemos que el gobierno sigue adelante con la represión a través del Estado de Sitio, que golpea y desarma a las masas, y que sólo la clase obrera será capaz de ponerse al frente del pueblo para aplastar al golpe prosoviético o proyanqui.
En esa situación se intenta confundir sobre lo que es el SMATA-Córdoba; se intenta desvirtuar que con nuestra conducción se implantó la democracia sindical, se saneó al gremio, se conquistaron muchísimas reivindicaciones, y se rompió en nuestra última larga lucha la congelación salarial, lucha tan justa que luego fue reconocida nacionalmente con el reajuste otorgado a todos los trabajadores del país. En el desarrollo de este último conflicto, dijimos una y mil veces que no peleábamos contra el gobierno de Isabel, pese a que hubieron sectores que quisieron instrumentar nuestra lucha en esa dirección. ..
Ahora, tomando por testigos a todos los que me han conocido en el corazón de nuestras gloriosas movilizaciones, afirmo que ocuparé mi lugar junto a los obreros y el pueblo, contra cualquier imperialismo que quiera sacar partido de nuestra patria…
Nosotros, desde mayo de 1969, somos la auténtica vanguardia del proletariado argentino, somos quienes hemos desarrollado las experiencias más a fondo. En nombre de ese pasado y ese sentimiento, en nombre del orgullo de los mecánicos, y de una voluntad antiimperialista inclaudicable, vamos a denunciar y derrotar a los golpistas, vamos como en el Cordobazo a seguir abriendo un verdadero camino hacia el futuro de la clase obrera y el pueblo, y su alternativa de liberación independiente, nacional y profunda. Así lo haremos, por el respeto a la voluntad popular contra todo golpe, por la nueva recuperación del gremio, por la libertad de nuestros queridos compañeros presos, por el levantamiento de las capturas, por el respeto de las libertades democráticas, por todas las reivindicaciones de los mecánicos y de los trabajadores en su conjunto.
Siempre dije, compañeros, que es preferible perder el gremio a resignar nuestras reivindicaciones. ¿Para qué sirve un gremio si no para obtener triunfos? Esto lo recuerdo porque en el futuro, sin duda, a nuestro SMATA lo podemos perder muchas veces. Pero también estoy seguro que con la participación de todos lo vamos a recuperar tantas veces como lo perdamos, y vamos a triunfar sobre los enemigos de los trabajadores y de la patria, como lo señala nuestra tradición y nuestra realidad, nuestras convicciones y nuestra vida.
A los compañeros mecánicos
Extractos de la carta publicada originalmente en Nueva Hora Nº 221, de la semana del 16 al 22 de marzo de 1976.
Hoy reafirmo lo que comencé a expresar en planta en la carta de diciembre de 1974: los trabajadores argentinos tenemos, como tarea principal, luchar contra el golpe imperialista, prorruso o proyanqui, que se cierne en la patria. Los trabajadores y el pueblo, defendiendo nuestras reivindicaciones y el gobierno de Isabel, profundizamos el camino de la liberación…
Algunos, coincidiendo con la oligarquía del diario La Nación, dijeron que yo “deliraba” o que era un “sectario”. Otros afirmaban la “inexistencia” del imperialismo ruso (o socialimperialismo) y me llamaban “traidor”. Pero ahora nadie puede desmentir que la cuestión del golpe proimperialista y gorila es lo que divide aguas en la política argentina, y solo se está en una trinchera: o en la del golpe que es la de la antipatria, o en la del antigolpe que es el avance liberador…
Rusos y yanquis se disputan el mundo y tratan de ganar mercados, zonas de influencia y privilegios estratégicos. Y dentro de esa pugna, la Argentina es un bocado especial por sus enormes riquezas, su ubicación en el Atlántico y porque controla el Estrecho de Magallanes, paso obligado al Pacífico en caso de ser bombardeado o bloqueado el Canal de Panamá.
Todo esto está en juego aquí, y forma parte del conjunto de causas por las cuales las superpotencias y sus “socios” —oligarcas, monopolios, grandes burgueses, milicos gorilas y jerarcas sindicales “amigos”— empujan la caída del gobierno nacionalista de la señora presidente. Yo no digo que Isabel no se equivoque, yo no digo que su política sea la mejor para enfrentar a los imperialismos. Pero digo, sí, que resiste, forcejea y trata de no entregarse y que, en ese sentido, cuando los que quieren derrocarla son, como en 1955, los enemigos de la patria, su caída será un retroceso y un avance de las superpotencias en su afán de conquista…
La vida nos enseña que, así como no hay imperialismo “bueno”, tampoco puede haber golpismo “bueno”. El golpe, sea prorruso o proyanqui, tiene un solo camino para la Argentina: superexplotación popular, dictadura terrorista, entrega de la riqueza nacional y más hambre para los sectores populares. Por eso creo que los trabajadores debemos estar al frente siempre…
Yo propongo que los mecánicos, como en tantas otras ocasiones seamos la columna vertebral, los caudillos y el término unificador de la clase obrera y el pueblo de Córdoba contra el imperialismo, y concretamente ahora, contra el golpe de Estado amenazante.
Pienso, compañeros, que esa es nuestra auténtica tarea frente a los graves momentos que vive la patria en peligro. Digo estas palabras con la franqueza de siempre, con la voluntad que ustedes conocen: estuve, estoy y estaré a la cabeza. Sé que se aproximan circunstancias definitorias para el futuro, pero sé también que muy pronto, como en los inolvidables días del Córdoba Sport, volveremos a estar juntos; sé que en la hora del triunfo podré abrazar a mis compañeros mecánicos y a nuestros hermanos presos. Pienso en el pasado, en todo lo que hicimos, y mi corazón se fortalece, compañeros.
¡Viva la Patria!
René Salamanca