1. Se plantaron 1. Se plantaron La rebelión del pueblo tucumano contra la trampa, el fraude, la corrupción y la compra de votos, mediante una asociación ilícita compartida por los aparatos electorales estatales provincial y nacional, abrió un debate sobre el sistema político reconstituido por el kirchnerismo después del terremoto político del 2001. Las elecciones en Salta, Santa Fe, en La Rioja y otras provincias, el carácter proscriptivo de las PASO (incluyendo el fraude en la provincia de Buenos Aires), fueron campanazos de alerta. Pero fue la rebelión tucumana la que desnudó la podredumbre del sistema: “Se robaron todo, ahora nos quieren robar el voto”, “Scioli vino a bancar la mugre” y, “¡Qué se vayan todos”!, fueron consignas que desde la Plaza Independencia conmovieron a todo el país. Si algo le faltaba para completarlo, lo acaba de aportar Capitanich y el kirchnerismo chaqueño, con el uso directo de la droga como moneda para la compra de votos; no porque no se usara antes, sino porque la alerta tucumana creó condiciones para que lo peor de la mugre salga a la luz.   2. La podredumbre del sistema político El gobierno kirchnerista ha sido el autor material, el principal beneficiario y el garante de este sistema electoral, pero tuvo una amplia colaboración. El pánico que generó, en el bloque dominante, la crisis política (de hegemonía) abierta en el 2001, llevó a los grupos de poder a aplaudir lo que el jefe de Clarín, Magnetto, calificó de “un sistema inteligente”, de los…