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n° 1162

miércoles 18 de abril de 2007

Unir la bronca en un paro nacional

El fusilamiento de Fuentealba estremeció al país. Crece una oleada de huelgas y movilizaciones. Urge un plan de lucha de la CGT y la CTA que nacionalice el conflicto docente, unifique los reclamos salariales, y confluya con los desocupados, ambientalistas, originarios y demás sectores populares.
1 – Se remueven aguas profundas El fusilamiento de Carlos Fuentealba, seguido por el gigantesco maestrazo, ha removido aguas muy profundas en el pueblo argentino. Además, se le suma la situación explosiva que crean las inundaciones, la “borrada” de Kirchner en Malvinas, el rebrote de la inflación, etc. Al mismo tiempo, se producen reagrupamientos políticos y sindicales que expresan una agudización de la disputa dentro del poder. Las clases dominantes, luego del 2001, han contraatacado para reconstruir su Estado. Pero cada vez que intentan “ir a fondo”, como Sobisch, se queman con las brasas del Argentinazo y rebrota la crisis de hegemonía. Hay cambios muy importantes, favorables a las fuerzas populares, patrióticas y democráticas. Y pueden producirse cambios bruscos ante los cuales es necesario estar preparados para actuar. Todos somos docentes El fusilamiento del profesor neuquino Carlos Fuentealba estremeció al país. Volvió a mostrar la podredumbre y la cobardía de la derecha fascista, con sus Poblete y sus Sobisch. En Santa Cruz, Kirchner militarizó la provincia con la Gendarmería, la Prefectura y la policía provincial “custodiando” escuelas, edificios públicos y las calles. El jefe de policía fue separado de su cargo por investigar los atentados contra los manifestantes. Se sospecha de un grupo policial que trabajaría para un socio de Kirchner, Lázaro Báez (Perfil, 15/04). Kirchner siguió de vacaciones y mantuvo su silencio varios días después del asesinato. Durante un mes, los dirigentes nacionales de los gremios docentes y de las centrales obreras pactaron con el gobierno los “topes salariales”…

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El fusilamiento de Fuentealba estremeció al país. Crece una oleada de huelgas y movilizaciones. Urge un plan de lucha de la CGT y la CTA que nacionalice el conflicto docente, unifique los reclamos salariales, y confluya con los desocupados, ambientalistas, originarios y demás sectores populares. Unir la bronca en un paro nacional

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