1. El sistema imperialista está podrido Un reciente informe de la organización Oxfam muestra cómo, mientras crece la riqueza de los multimillonarios dueños de los grandes monopolios, por lo que “los diez hombres más ricos del mundo ganan 100 millones de dólares por día”, 3.600 millones de personas viven en la pobreza. Este es el resultado de la dominación del sistema imperialista, con la consecuente división entre países opresores y países oprimidos. En este mundo crece la disputa entre las grandes potencias, y se ven cambios en la política de Estados Unidos, a partir de la asunción de Donald Trump al gobierno. La semana pasada Trump dejó en claro que está dispuesto a negociar el futuro de Ucrania con el mandamás imperialista ruso Putin, sin importarle nada los intereses del pueblo ucraniano, que viene resistiendo heroicamente desde hace tres años la invasión rusa, que comenzó el 23 de febrero del 2022. A fines del mes de enero, en una videollamada entre los mandatarios del imperialismo ruso y chino reafirmaron su vínculo y acuerdo estratégico entre ambas potencias. El jefe del Kremlin destacó que “las relaciones de política exterior y el trabajo conjunto entre Rusia y China juegan objetivamente un importante papel estabilizador en los asuntos internacionales”. Trump y el sector de las clases dominantes yanquis que lo sostienen, como fue en su anterior mandato, plantea como enemigo principal al imperialismo chino, y busca separar a Rusia de China con concesiones. Esto le ha traído serias contradicciones con sus aliados de Europa, algunos de los…