El 2 de octubre 156,4 millones de brasileños eligieron presidente, congresistas y gobernadores de los 27 estados que lo componen. Hubo un estrecho margen de diferencia a favor de Lula.
La elección se polarizó entre Luiz Ignacio (Lula) da Silva, que busca un tercer mandato como presidente y el actual jefe de estado de ultraderecha, Jair Bolsonaro, que busca la reelección.
Es una elección de trascendencia mundial, que definirá el rumbo de la principal economía de América Latina.
Esta polarización perjudicó a la Unidad Popular, que ha realizado una gran campaña, especialmente en Minas Gerais, donde llevaban una lista con muchas mujeres negras y que ya habían anticipado su voto a Lula en la segunda vuelta.
Lula pudo presentarse después de que la Corte Suprema anuló sus condenas. Realizó un amplio marco de alianzas y para enfrentarse a Bolsonaro no tuvo reparos para aliarse con antiguos adversarios, como el conservador Gerardo Alckmin, candidato a vicepresidente.
Lula prometió generar empleo con obras públicas y aumentar el consumo con programas de distribución de renta. Se dirige especialmente a los sectores más pobres, diciendo que “cuidará del pueblo” y repetirá la hazaña de terminar con el hambre, en un país donde el 23.7% de la población vive en la pobreza.
Bolsonaro, siguiendo la escuela de Trump, había dicho que podría denunciar un supuesto fraude si ganaba Lula, pero los que más han insistido con esto son sus seguidores. Sin embargo, los principales jefes militares salieron a aclarar que reconocerían inmediatamente al ganador de las elecciones que determine el Tribunal Electoral, para bajar la tensión.
Bolsonaro logró recientemente algunas mejoras económicas, como una disminución de la inflación, del 10% al 6% anual. Habrá un 2, 7% de crecimiento para este año y una leve disminución de la desocupación.
Bolsonaro tiene como lema de campaña “Dios, patria y familia”. Ha recibido el apoyo de figuras de la extrema derecha internacional, como el hijo de Trump, el primer ministro húngaro, y el líder del partido español Vox. El mandamás chino Xi Jingping, hace no mucho tiempo destacó que en los últimos años las relaciones chino-brasileñas “han registrado un desarrollo estable y obtenido resultados fructíferos de cooperación pragmática”.
Escrutadas el 99% de las mesas, Lula se imponía con el 48,4% de los votos, sobre un 43,2% de Bolsonaro, con lo que se irá a segunda vuelta el 30 de octubre.
Escribe Martina Aguilera
Hoy N° 1933 05/10/2022
