Nahir Mamani fue asesinada el 17 de febrero de 2017 por su pareja. El 12 de abril se desarrolló la última audiencia del juicio oral. Mientras se llevaban a cabo los alegatos, con la presencia de familiares de Nahir e integrantes de la Multisectorial de Mujeres dentro de la Sala, en el hall de tribunales los canticos lograban tapar las voces de los abogados, obligando a cerrar las ventanas.
“Por favor, que alguien diga que hagan silencio para poder escuchar. Ya pidió perpetua la fiscalía, la querella, abajo también perpetua”, dijo el Juez presidente de trámite.
La sentencia por unanimidad declaró la culpabilidad de Iván Aguero por el homicidio agravado por la condición de la víctima (pareja de Nahir) y por violencia de género (femicidio), condenándolo a prisión perpetua. Los abrazos de los familiares, abogados, y con las compañeras de lucha en el hall en el momento del encuentro, mostraban la emoción de un triunfo colectivo.
La batalla fue muy dura en la sala de audiencias. Estaba probado el homicidio, pero se debatían los agravantes. Para el movimiento de mujeres la calificación de femicidio no era un detalle. Este caso se transformó en uno de los más emblemáticos de Jujuy porque el 8 de septiembre de 2016 Nahir acudió con su padre a la Secretaria de Paridad de Género a pedir ayuda. Estaba golpeada, cortada, y había estado en la seccional 33 sentada frente a Agüero, detenida, mientras éste desde la celda no paraba de burlarse. Así se ayuda a las víctimas de violencia en Jujuy en las instituciones del Estado.
El debate versó sobre si existió o no violencia de género. La defensa con sus testigos inventó lesiones (un corte con cuchillo), atribuidas a Nahir hacia Aguero, lo que desmintió el informe médico realizado a éste el mismo día del hecho. Ni hablar del intento constante de desprestigiarla. Agüero dijo que estaba arrepentido, pero quien se arrepiente de matar a quien se supone amaba (en realidad de quien se creía dueño), y arrancó sin dudar con ese homicidio de la madre a su propia hija, no se arrepiente tratando de salvarse de la prisión perpetua, o desprestigiando a la víctima pretendiendo que su vida otra vez no valga (como no valió para él). Fue constante el intento de referir que Nahir se drogaba. Ello al punto de que Aguero en su primer indagatoria dijo que se habían drogado juntos el día del hecho. Sin embargo, el examen toxicológico dio negativo respecto de todas las drogas prohibidas (marihuana, cocaína, etc.). Mentiras y más mentiras. Testigos peinados, que se contradijeron respecto de sus propias declaraciones producidas un año atrás ante la Fiscalía.
En los alegatos de la fiscalía y la querella, no solo se señalaron las mentiras. También se habló de los ciclos de violencia, de esa acumulación de tensión en la primer fase, que puede llevar a la víctima a explotar, incluso pegando y/o gritando ella al victimario. Pero el daño de esa explosión no le hace mella al victimario, después femicida. La explosión que puede llevar a la segunda fase del ciclo de violencia, no descarta la violencia machista, no elimina la opresión de género. El daño sí lo sufrió Nahir, quien como toda víctima de violencia, se fue aislando de su familia, de sus amigos, diciendo a la madre del victimario que nunca lo denunciaría, sintiendo miedo, porque era controlada, celada, violentada en su autonomía, padeciendo todas las formas de violencias posibles.
La batalla encarnó en la sala de audiencias a un movimiento de mujeres que no ha dado tregua al gobierno y al Estado respecto de su responsabilidad en el feminicidio de Nahir. La impunidad reproduce y naturaliza la violencia contra la mujer; este fallo va contra ella, por eso es tan importante. Es un triunfo, en un camino que aún no termina, porque sigue en curso la lucha por lograr que se condene al Estado por su responsabilidad (por omisión) en esta muerte anunciada. Y sigue en curso la iniciativa popular para lograr la reparación a todos los hijos de victimas de femicidio, que beneficie a la pequeña de Nahir y también a los 11 niñ@s que quedaron huérfanos en el año 2017 por esta violencia machista.
Corresponsal
