La abogada Mariana Vargas, ha acompañado a la niña y su madre desde que se conoció en enero la violación de la pequeña que le provocó un embarazo, la negativa al aborto y la práctica de una cesárea que la obligó a ser madre. Junto al movimiento de mujeres exigen desde entonces justicia y este mañana han obtenido la primera victoria, el violador ha quedado preso con una condena ejemplar.
Hace unas horas a la salida del Tribunal Criminal Nº 3 luego del juicio oral y público al violador José Dávalos, Mariana Vargas, explicaba que “habíamos pedido 15 años de prisión, el máximo de la pena establecido por la acusación, la fiscalía pidió 12 años y la defensa, reconociendo el hecho, pidió el mínimo de la pena, 6 años. Para casos similares de niñas abusadas con gestaciones forzadas e incluso por más hechos, se venía aplicando como pena entre 7 y 8 años. Por lo tanto, realmente entendemos que es una condena ejemplar y estamos muy felices.”
La abogada otorga argumentos que sostienen la razón del pedido de condena máxima a José Dávalos: «en los alegatos desde la querella hemos planteado que somos garantistas, que elegimos siempre el camino de limitar el poder y ampliar la esfera de libertad de los individuos. Pero cuando hay casos atravesados por la violencia de género en realidad tenemos que ver que el poder está en otro lado. El poder que hay que limitar es el poder del varón machista que en esta sociedad reproduce el dominio y la sumisión hacia la mujer. Lo que necesitamos es que se amplíe la esfera de libertad de las mujeres, ese es un derecho penal con perspectiva de género, no podemos tener sentencias que no partan de esta asimetría que existe en la sociedad donde las mujeres somos oprimidas y los hombres ejercen el poder sobre nosotras.”
El derecho con perspectiva de género que demanda Mariana Vargas plantea la necesidad de cambios reales respecto del accionar de la justicia ante la violencia machista para que suceda algo tan simple como que una mujer mientras transita la vía publica pueda estar tranquila y que una niña que sale a la vereda no sea violada por un vecino. Es decir, que ellas puedan vivir con libertad y sin miedo.
El año pasado la marea verde logro instalar en la agenda publica el debate sobre el acceso al aborto y arrancando el 2019 se hacía público para todo el país este caso de una niña violada a la que se le negaba el acceso a la interrupción legal del embarazo (ILE). Vargas indicaba que en “esa primera etapa se buscó garantizar el aborto. Fue una lucha muy dura en Jujuy donde las compañeras han movilizado y hemos dado un debate muy importante cuando se nos estaba engañando, se le decía a la niña y a su madre que la cesárea era una ILE, que el nacimiento de un bebe era una ILE y no, eso no era un aborto, eso era un parto forzado prematuro y en lo que terminó es con un nacimiento, con una niña madre y con una marca en la panza de esta pequeña que recuerda el acto de violación tanto cuando el violador estuvo dentro de ella en el acto de la violación como después que seguía estando el violador adentro suyo en la gestación forzada. Y esa marca tiene que ver con la responsabilidad del Estado que no garantizó el aborto legal para una niña violada que desde el momento que confirmó el embarazo pidió que se realice el aborto y le decía a la mamá ‘sácame esto de acá adentro’. Lamentablemente esa batalla no se logró en enero.”
Tras la segunda etapa ganada con la condena ejemplar al violador, Mariana Vargas afirma que “vamos a seguir, ahora con una tercera etapa cuando estén los fundamentos de la sentencia, cuando tengamos la pericia de parte de Estela Manzano, vamos a plantear los daños y perjuicios que el Estado provocó en esta niña y su madre negándole el derecho al aborto, engañando con información falsa para garantizar un consentimiento viciado respecto de una cesárea que no era el camino que correspondía, vamos por esa demanda”.
