El 12 de febrero Putin y Trump hablaron por teléfono, para discutir, con prepotencia imperialista, un “acuerdo de paz” en Ucrania tras tres años de sangrienta invasión rusa. Los gobernantes de Rusia y EEUU negocian utilizando el territorio y la sangre del pueblo ucraniano, y ambos desprecian su lucha en defensa de la soberanía e independencia.
Cuando le preguntaron a Trump si el pueblo ucraniano podía sentirse defraudado por los Estados Unidos, respondió acusando a Kiev (capital ucraniana) de haber iniciado la guerra y no haber negociado una solución en los últimos tres años y medio. Y acusó a Zelensky de ser un «comediante de poco éxito» que convenció al anterior gobierno de Joe Biden para gastar US$350.000 millones en «una guerra que no se podía ganar». Más aún, dijo que “Rusia podría quedarse con toda Ucrania, si quisiera”. Y el secretario de Defensa de EEUU, Pete Hegseth, dijo para Ucrania «volver a las fronteras que tenía antes de 2014 es un objetivo poco realista».
Es claro el cambio de los yanquis en la disputa por el control mundial. Al igual que en su primera presidencia, Trump mueve el eje de confrontación hacia China, y le ofrece Ucrania a Putin para tratar de meter un cuña entre Rusia y China. Joe Biden (el presidente yanqui que antecedió a Trump) enfrentó principalmente a Rusia, armando y financiando a Ucrania ante la invasión y guerra que desató Rusia.
Ya escribimos sobre el frágil acuerdo de un cese parcial del fuego israelí en Palestina, que fue violado reiteradamente por el gobierno fascista y genocida de Netanyahu. Trump mostró su verdadera intención, “invitando” al pueblo palestino a abandonar su tierra hasta que “sea un mejor lugar para habitar” y fomentar negocios inmobiliarios para construir un balneario de lujo en la franja de Gaza. Con Ucrania quiere operar de la misma manera y le pide a Ucrania el pago de la deuda contraída con EEUU durante el gobierno de Joe Biden, y la entrega de las tierras “raras” (ricas en minerales estratégicos para la industria electrónica y de litio). Trump ya mostró que poco le importa la paz, declarando que quiere anexar el canal de Panamá y Groenlandia. Y chantajea con amenazas de impuestos a los países vecinos.
Después del acercamiento de los jerarcas yanquis y rusos, las potencias imperialistas europeas mostraron sus desacuerdos y contradicciones con la nueva orientación de los yanquis en la Conferencia de Seguridad de Munich.
En Europa se debaten si ir atrás de los yanquis o enfrentarlos (el bloque europeo entero es la principal economía mundial). Macron, presidente de Francia, convocó a una cumbre “informal” de los principales representantes de los países de la Comunidad Europea, y Gran Bretaña.
A su vez China responde a la política de Trump aprovechando las contradicciones que su política proteccionista le genera para avanzar en acuerdos económicos, financieros y comerciales con los países de todo el mundo. Dijo que no van a permitir la expulsión del pueblo palestino de Gaza, incrementa sus preparativos de guerra y aumenta la presión sobre Taiwán.
Hay un incremento de la disputa interimperialista por el control del mundo, hay realineamientos y todo esto está poniendo al mundo al borde de una tercera guerra mundial.
hoy N° 2048 26/02/2025
