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07 de junio de 2023

13° Congreso del Partido Comunista Revolucionario de la Argentina

El campo popular

Continuamos con la reproducción de extractos del Programa del PCR, aprobado en su 13° Congreso, realizado en octubre del 2022. En esta edición culminamos con “El campo popular”.

Los integrantes de las naciones y pueblos originarios son los más pobres entre los pobres del campo, en los poblados del interior y en los suburbios de las grandes ciudades. Es necesaria la unidad de los pueblos y naciones originarios con la clase obrera y demás clases populares contra los terratenientes y el imperialismo, responsables del despojo de sus tierras, de su confinamiento a las zonas más pobres y de la discriminación social, racial, cultural, etc., con las que se continúa la política oligárquica de las campañas de exterminio. La revolución democrática popular tampoco logrará su cometido sin una reparación política, económica y cultural de las naciones y pueblos originarios…

Con la revolución triunfante que permita realmente una verdadera democracia de masas será también posible discutir y resolver democráticamente el derecho de las naciones originarias a su autodeterminación, incluido la libre separación territorial. En esas circunstancias sostendremos activamente nuestra propuesta de luchar por la unidad voluntaria de todas las nacionalidades en condiciones de igualdad que permitan el desarrollo conjunto dentro de las fronteras históricas de la República Argentina, en tanto subsistan los enemigos comunes…

Por otra parte, en las últimas décadas se ha incrementado significativamente la inmigración forzosa de bolivianos, peruanos, paraguayos, chilenos, uruguayos, brasileños y de otros países de América Latina y el mundo… Forman parte de las masas oprimidas por el imperialismo y los terratenientes, y debemos enfrentar decididamente el chauvinismo reaccionario de las clases dominantes encabezando la lucha contra su discriminación, peleando por la plena igualdad de derechos con sus hermanos de clase en la ciudad y el campo, respetando sus tradiciones nacionales e impulsando su incorporación a la lucha liberadora.

La pequeña burguesía urbana, como clase es, junto a la clase obrera y el campesinado pobre y medio, otra de las principales fuerzas motrices de la revolución. Un aliado confiable del proletariado. De sus filas provienen socialmente amplios sectores de asalariados, profesionales e intelectuales. Dentro de ella, también es necesario resolver políticas específicas para los distintos sectores que la integran, como los artesanos, cuentapropistas, en el pequeño comercio, el transporte y los servicios, etc. que ayuden a organizarlos en defensa de sus intereses y para participar en la revolución junto al resto de los trabajadores y el pueblo.

Los estudiantes secundarios y universitarios son una capa social en las que se expresan todas las clases de la sociedad. En un país dependiente como el nuestro la mayoría de los estudiantes ven obstaculizados su desarrollo específico y su perspectiva futura por lo cual están objetivamente interesados en la revolución; a su vez al hallarse transitoriamente y parcialmente desvinculados de la actividad productiva y al interesarse por encontrar una concepción del mundo que les permita comprender los fenómenos sociales y culturales, pueden ser atraídos por los objetivos históricos del proletariado y por la lucha por una nueva sociedad.

Es de fundamental importancia para la clase obrera que la mayoría del estudiantado se incorpore a la lucha en la actual etapa de la revolución. A su vez, sin el triunfo de ésta será imposible que la mayoría de los hijos de los trabajadores y de otros sectores populares accedan a la educación superior.

Los estudiantes han jugado y juegan un papel muy importante en las luchas del movimiento popular argentino. La unidad obrera-estudiantil adquirió en las luchas posteriores a 1917 y a 1968 modalidades concretas muy avanzadas que, en algunos casos, como sucedió en Córdoba y en otros lugares, perfilaron una alianza de gran potencialidad revolucionaria…

La intelectualidad es un sector de la sociedad en el que se expresan todas las clases sociales. Es fundamental ganar para la revolución a la mayoría de la intelectualidad y lograr que sirvan al pueblo con su trabajo específico. Esta es una lucha decisiva para la suerte de la revolución ya que ésta requiere, para triunfar, de la participación de la mayoría de los intelectuales: profesionales y trabajadores docentes, de la ciencia y del arte y la cultura en general…

Las mujeres son la mitad de la población, integran las distintas clases sociales en que se divide nuestra sociedad. Por esa razón, la mayoría de las mujeres se ubica dentro de las clases explotadas y oprimidas y sufre una doble opresión: de clase –por ser parte del pueblo– y de género –por ser mujer. Y una triple opresión en el caso de las mujeres originarias: por ser originarias, de clase y de género.

Las mujeres en su conjunto sufren una opresión específica (que llamamos de género) porque ocupan un lugar subordinado en la sociedad y en la familia y son discriminadas en todas las esferas de la actividad eco- nómica, social y política. La sociedad responsabiliza a las mujeres por la crianza de los hijos y las clases dominantes refuerzan la división del trabajo y las relaciones sociales que encadenan, a la mayoría de ellas, al trabajo en el hogar. Sigue rigiendo la autoridad del varón en la familia, cuestionada y enfrentada por las masivas luchas del movimiento de mujeres contra el patriarcado.

Para incorporar a las mujeres a la lucha revolucionaria debemos integrar la lucha específica con la lucha popular por la revolución en esta etapa. Puesto que las mujeres padecen una opresión específica tienen necesidad de organizaciones específicas. Abordamos la opresión de género en sus diversas manifestaciones desde el punto de vista de clases –punto de vista del proletariado- basado en los estudios de Marx y Engels que investigaron que dicha opresión es de carácter social y surge junto con la división de la sociedad en clases y el patriarcado que es una de sus bases.

Con esta concepción de la opresión de género, el conjunto del Partido debe impulsar la lucha por las reivindicaciones que afectan a las mujeres a través de las organizaciones específicas y en el seno de todas las organizaciones populares de masas. De ahí la importancia de nuestra participación activa en los movimientos femeninos, en particular en esa gran experiencia de los Encuentros Nacionales de Mujeres. Y debemos dar batalla tanto a las ideas que niegan la opresión específica –de género- y consideran que, de por sí, están en pie de igualdad con respecto al hombre; a las que conciben que las mujeres son atrasadas y serán llevadas de arrastre al proceso revolucionario, y a las concepciones reformistas que ven al patriarcado como proceso subjetivo basado en la división de sexos…

Como enseñaron los fundadores del marxismo, la profundidad del movimiento revolucionario se mide por el grado de participación que tiene en él la mujer. Sin ellas es imposible el triunfo de la revolución.

Las disidencias y diversidades: comparten con las mujeres problemas y enemigos comunes, de clase y de género: el patriarcado y sus expresiones antiderechos, fascistas y negacionistas y el capitalismo que las perpetúa. Sufren crímenes de odio, persecución, la discriminación y lafalta de trabajo. Es necesario ganar a ese sector para la lucha revolucionaria.

La juventud ha sido siempre un sector sensible a todo tipo de opresión política, social y nacional; por eso se rebela contra ésta. Con formas y contenidos propios, en cada época, participa en la lucha democrática, antiimperialista y antiterrateniente y es protagonista de diferentes luchas del movimiento obrero y popular.

La juventud obrera, contingente mayoritario de los trabajadores, sufre particularmente la superexplotación en el trabajo y las más diversas formas de flexibilidad laboral. También sufren esta situación millones de jóvenes asalariados, profesionales, pasantes y becarios precarizados. A su vez hay más de un millón de jóvenes que no estudian ni trabajan y son las víctimas principales de la droga y el narcotráfico…

Otros sectores patrióticos y democráticos. Es necesario tener una política que ayude a desarrollar y recuperar las organizaciones de la pequeña y mediana empresa, para enfrentar la crisis en la perspectiva del combate antiimperialista y antiterrateniente. Esto forma parte de la política de unidad y lucha para ganar los sectores patrióticos y democráticos, y neutralizar a la burguesía nacional y al campesinado rico.

En cuanto a los soldados, la suboficialidad y oficialidad patriótica y democrática, el proletariado debe tener una política activa en el seno de las Fuerzas Armadas y demás fuerzas de seguridad, teniendo en cuenta que esas instituciones son el brazo armado del Estado oligárquico-imperialista, con la característica de ser la fuerza militar de un país dependiente. Esa política debe tender a ganar al sector patriótico y democrático para unirlo a las milicias obreras y populares y conformar el Ejército Popular Revolucionario que será necesario construir para el triunfo de una insurrección popular. Al mismo tiempo debe tender a neutralizar a gran parte de esas fuerzas para aislar a los sectores reaccionarios creando las mejores condiciones para que el pueblo las enfrente exitosamente fracturándolas y aplastar la parte de esas fuerzas que sostengan el poder oligárquico-imperialista.

 

Hoy N° 1964 07/06/2023