El miércoles 4 de enero, Ana Fernández, joven abogada ambientalista, con un fallo de la Suprema Corte de Justicia en la mano, que ordena suspender todas las obras que la familia Passaglia viene realizando en forma ilegal en la costanera nicoleña tras adueñarse en forma clandestina de la misma y los humedales que la componen transformándola, voltear ranchos históricos ocupados por familias de pescadores, usando el derecho de las bestias, o sea la fuerza y las topadoras más la policía provincial, se hizo presente, con valentía, reclamando el cese de las obras.
La “autoridad policial” fiel al mandato emanado de los sobresueldos que reciben de sus patrones de estancia, la abogada fue detenida por el titular de la Comisaría Primera, comisario Claudio González, el machirulo principal, el más valiente frente a las mujeres que, literalmente y está filmado, rompió el fallo que le mostró la Dra. Fernández en varios pedazos, se los arrojó a la cara, la golpeó, la empujó, la esposó lastimándola, la encerró en un auto particular y se la llevó presa. Cuando llegó a la Comisaría la arrojó contra una pared volviendo a golpearla. ¿Porque? Porque “Acá mando yo” igual, igual que el macho Ismael, su padrino.
Durante la tarde y la noche se preparó lo que se pudo. Y a partir de las 10 de la mañana empezó a concentrarse la gente en una esquina céntrica, frente a Banco Provincia, (era día de cobro). Finalmente alrededor de las 11.30 unas 150 personas de distintas organizaciones, donde resaltaban las pecheras de la CCC nos concentramos allí, hicimos que se retiraran los policías apostados en la esquina y después cortamos durante un tiempo. Luego nos encolumnamos y marchamos a la puerta de la Comisaria Primera y levantamos tribuna donde hablamos varios representantes de distintas organizaciones.
Lo queremos preso.
Y que tenga un proceso y juicio como cualquier otro delincuente.
No es un cuentapropista. Que pague el que lo mandó.
Lo sucedido levantó una ola de odio popular: 2023 empezó caldeado.
Hoy N° 1945 11/01/2023
