“En la Argentina hay 700 mil nacimientos por año. El 16% proviene de madres adolescentes de entre 15 y 19 años (en algunas provincias equivale al 25%) y más de 3.000 son de niñas de 10 a 13 años. El 69% de esas mujeres adolescentes no planearon ese embarazo (Fondo de Población de las Naciones Unidas 2010)”. Ante estas cifras, el reclamo de este sector, el más vulnerable y carenciado de información, se vuelve justo, y por ello, toman las banderas y son participes activos dentro de la gran marea verde.
La Educación Sexual Integral (ESI) en las provincias del interior, el conurbano bonaerense y una gran cantidad de colegios de la Capital Federal, es vista como un tema que solo se puede relacionar a las ciencias naturales. La perspectiva de género no es contemplada por los programas académicos; las relaciones sexuales y afectivas son tratadas aún como un tema tabú, lo cual lleva a que el acceso e información sobre el uso de anticonceptivos sea escaso o nulo, desencadenando embarazos no deseados, y por ende, abortos clandestinos.
Ante esta situación en provincias como Salta y Jujuy, así como en el resto del país, los estudiantes secundarios se organizan, programando actividades relacionadas con la temática, pañuelazos en los colegios y puntos de concentración urbanos, invitando a los pibes a ser parte por redes sociales, y exigiendo la implementación de ESI en las escuelas.
En el caso particular de Salta, a partir de la conformación de la Coordinadora de Secundarios por el Aborto Legal (Cesal), en algunos colegios, los pibes y las pibas han rearmado los centros de estudiantes y los cuerpos de delegados para poder exigir en torno al reclamo por ESI. Ante los reclamos, la respuesta del gobierno y las autoridades escolares es la persecución. Una compañera participe de la Cesal nos cuenta: “La mayoría de los compañeros estamos con la campaña por el aborto legal. Los directivos en nuestra institución nos pusieron muchas trabas y complicaron varios procesos. El miércoles previo a la media sanción, alrededor de veinte colegios organizaron pañuelazos y olas verdes. Ese mismo día en algunas instituciones iniciaron los problemas y persecuciones”. “Hubo alumnas a las que no dejaron entrar a clases por portar el famoso pañuelo verde en el cuello”.
Ante esta situación “seguimos moviéndonos, más que antes, porque la situación de ese día fue demasiado tensa, nosotros, como amigos nos unimos más, y como compañeros también”, siendo el reflejo del estado de ánimo de miles de pibas y pibes que entienden que las mujeres jóvenes y pobres son las que mueren por abortos clandestinos, y que el pleno acceso a los derechos sexuales y reproductivos se van a conquistar con la organización popular y la lucha en las calles.
A semanas del debate en el Senado, el movimiento de mujeres, junto al resto del pueblo, debe reforzar la lucha para exigirles a los senadores y al gobierno de Macri la aprobación del proyecto de ley, porque siempre hemos conquistado nuestros derechos en la calle, y porque el derecho al aborto legal, seguro y gratuito es la deuda pendiente de la democracia argentina.
Hoy N° 1727 25/07/2018
