Por todo el país las movilizaciones, concentraciones y protestas por los derechos de las mujeres alzaron sus pañuelos rosas, por la emergencia en violencia contra las mujeres, y verdes, por el aborto legal, se vistieron con wiphalas y consignas de denuncia ante los atropellos que cometen los gobiernos y sus fuerzas represivas contra los pueblos del sur del continente.
En las manifestaciones se reiteró la principal consigna que desde hace años sostienen cada 25 de noviembre: la Emergencia Nacional en Violencia Contra las Mujeres para que se otorgue presupuesto para prevención, asistencia a víctimas y trabajo para la erradicación de la violencia. ¡Ni una menos! muerta por la violencia machista a la que el Estado decide no atender mientras se alarga el listado de femicidios. Actualmente hay una mujer muerta cada 26hs en la Argentina y durante el gobierno de Macri solo se destinó $11 al año por mujer para combatir y asistir los casos de violencia. Un presupuesto absolutamente escaso que deja al descubierto la falta de interés de los gobernantes por proteger la vida de las mujeres.
El grito por las que ya no están retumbó el lunes en cada rincón del país diciendo que “nos queremos vivas”, que necesitamos justicia, que es imprescindible que haya educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir. Que no es justo vivir con miedo, que se le robe la infancia a las niñas con abusos, violaciones y obligándolas a parir: queremos niñas, no madres. Además se reclamó el desmantelamiento de las redes de trata y la restitución inmediata del protocolo de interrupción legal del embarazo (ILE) derogado por Macri la semana pasada. Se insistió en la necesidad de incorporar con celeridad políticas públicas con perspectiva de género que den respuesta concreta a la realidad que viven.
El Día Internacional por la Eliminación de la Violencia a las Mujeres, instala en el calendario una fecha de lucha alrededor del mundo a partir de 1981 cuando lo declara el Primer Encuentro Feminista de Latinoamérica y del Caribe celebrado en Bogotá, Colombia, y a partir de 1999 reconocido por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Se eligió el 25 de noviembre para recordar a las hermanas Mirabal, tres activistas políticas que enfrentaban la feroz dictadura en República Dominicana y fueron asesinadas en 1960 en manos de la policía secreta del dictador Rafael Trujillo. Hacía tiempo que ellas eran perseguidas, las habían encarcelado, torturado y violado, también habían detenido a sus maridos a quienes dejaron con vida. Una vez libres, Patria, Minerva y María Teresa, llamadas “Las Mariposas” en su militancia, fueron víctimas de la violencia estatal que les arrancó la vida intentando simular un accidente. Cada 25 de noviembre el mundo las recuerda como el símbolo de la lucha contra la violencia patriarcal.
Hoy la brutal represión que sufren los pueblos de Bolivia y Chile reaviva su memoria, porque los crímenes de Estado no han terminado y su expresión diferenciada en violencia hacia las mujeres tampoco. Las cholas bolivianas identificadas por sus polleras son violentamente atacadas y desde Chile los relatos de abuso, tortura y violación a las mujeres ilegalmente detenidas se multiplican. Frente al Congreso Nacional con el micrófono en mano una compañera boliviana perteneciente a la CCC decía: “hemos nacido de polleras y vamos a morir así…no nos dejemos pisotear por estos gringos”. La pollera tiene su gran carga identitaria en Bolivia y hoy es blanco de ataque por parte de sectores fascistas y racistas. Otra compañera agregó: “las mujeres bolivianas no nos rendimos, somos rebeldes… por eso tenemos a Bartolina Sisa y a Juana Azurduy, somos un pueblo de mujeres luchadoras. Bolivia no se vende, es el corazón de América y hoy le dice ¡no! a Estados Unidos. Recordamos a nuestras hermanas luchadoras de Chile que las están violando y matando y a las hermanas colombianas que hoy empiezan a ponerse de pie…”.
En medio de esta Latinoamérica rebelde el 25 de noviembre nos volvió a unir contra la violencia estatal a las mujeres ante la avanzada reaccionaria del golpismo reaccionario, la heroica resistencia del pueblo boliviano y sus mujeres y de nuestras hermanas chilenas que enfrentan el ajuste y la represión de Piñera y todas las latinoamericanas que se alzan con el puño cerrado en la lucha contra la opresión.
