En diciembre del año pasado, en Perú se destituyó al presidente Pedro Castillo. Castillo es un dirigente gremial docente de raíces indígenas que llegó al gobierno con un programa de defensa de la soberanía peruana y con promesas de terminar con la pobreza, yendo contra los que más tienen. Pero durante su gobierno no logró avanzar en este sentido, y la oposición logró destituirlo por “incapacidad moral”, e instalar a Dina Boluarte como presidenta. Un importante sostén de Boluarte en el Congreso Nacional es la fuerza de derecha fujimorista.
En un avance continuo contra los derechos democráticos y constitucionales de los peruanos, el 18 de septiembre Boluarte extendió el estado de sitio y dispuso que el ejército intervenga como apoyo de la policía, bajo el pretexto de la lucha contra la inseguridad. Y anunció que deportará a extranjeros en situación irregular el 10 de noviembre. Boluarte comunicó esta decisión desde los Estados Unidos, donde concurrió para participar de la Asamblea General de la ONU.
Para mostrar el cipayismo del gobierno de Boluarte, el despacho presidencial de Perú publicó que la mandataria había tenido una reunión con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden. Para adornar la información, publicó una foto de Boluarte saludando a Biden. Y publicó en las redes sociales “La jefa de Estado, Dina Boluarte, se reunió con el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, con quien trató temas relacionados a la cooperación entre ambos países y el apoyo que Perú recibe de su nación. La mandataria invitó a su homólogo a visitar Perú próximamente”. Minutos después el portavoz de la presidencia yanqui salió a aclarar que la foto correspondía a un simple saludo protocolar en la recepción ofrecida por Biden en el Museo de Arte Metropolitano.
Profundizando el avance contra el pueblo peruano, el Congreso Nacional le dio a Boluarte el permiso para que gobierne por tres meses mediante decretos. El dictamen fue aprobado por 80 votos a favor, tan solo 24 en contra y 3 abstenciones. Además, la Comisión de Constitución del Congreso también aprobó una norma para poder procesar a comunicadores, con la excusa que podrían incentivar con sus informaciones a actos de violentos de protesta.
Sindicatos y organizaciones sociales ya mostraron su oposición a esta medida, y llamaron a la unidad para organizar movilizaciones. Estaban llamadas conferencias de prensa para transmitir los acuerdos logrados.
Estos avances sobre los derechos democráticos se producen después de las masivas movilizaciones de julio. Estas protestas contra el gobierno de Boluarte se conocieron como “la tercera toma de Lima”. Ante estas protestas Boluarte declaró desafiante “¿cuántas muertes más quieren en Perú’, haciendo referencia a los más de 60 muertos en las protestas en contra del golpe de estado con el que sacaron de la presidencia a Castillo.
Escribe Rodrigo Cruz
Hoy N° 1980 27/09/2023
