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02 de octubre de 2010

La Capital Federal es el distrito con mayor desigualdad social: el 10% más rico recibe 226 veces más que el 10% más pobre. En Neuquen el candidato de Sobisch se enfrenta al kirchnerista que trabajó para que ese gobernador asesino no cayera por una pueblada. Castíguelos votando en blanco, nulo o absteniéndose.

Que la urna no divida lo que la calle une

Hora política

1 – Panamericana caliente
Semana caliente. Con asambleas, paros y grandes cortes de ruta, sigue la huella de la gran huelga docente.
Los maestros santacruceños dejaron en suspenso el paro, manteniéndose en alerta sobre la aplicación de lo conquistado a la marcha de la mesa de negociaciones por los reclamos pendientes. Conquistaron un gran triunfo, político, volteando a un gobernador títere de Kirchner e imponiendo la derogación de la ley kirchnerista que anuló las paritarias durante años, junto a conquistas reivindicativas: aumento del salario básico (de $ 161 a $ 500), y el inicial de bolsillo (de $ 1.530 a $ 1.970).
Continuó la lucha de los trabajadores del subterráneo, después del paro del jueves 17; también sigue la de los operarios de FATE después del corte de la Panamericana. Ahora cortaron esa emblemática ruta las obreras y obreros de Terrabusi enfrentando a la patronal yanqui con sus reclamos salariales, y denunciando al recontratraidor Daer que acordó un miserable aumento del 16,5% demostrando que es un juguete de las patronales explotadoras. Al corte de Terrabusi llegaron delegaciones solidarias de FATE y otras fábricas.

Ninguneo antiobrero y macartista
Kirchner ya había acusado a los santacruceños de ser “radicales”, pero se calló cuando la pueblada de “su provincia” demostró la masividad del reclamo volteando a su títere Sancho. Cuando el paro del subte, el presidente acusó a sus trabajadores de ser “activistas de izquierda”, con lo que reveló su verdadera ideología: la derecha. Ahora atacó a los obreros de Terrabusi de ser del PO, una mentira para ocultar el protagonismo de los obreros y obreras de esa fábrica. K sabe que hace 14 años que los trabajadores vienen eligiendo en su comisión interna a dirigentes combativos y clasistas, muchos de ellos de la CCC como Ramón Bogado y María Rosario. El ninguneo al protagonismo de los trabajadores y trabajadoras de Terrabussi, también a la CCC y al PCR, es una típica censura antiobrera y macartista, herencia de “los 90” que el gobierno K continúa cómodamente.
Kirchner trata de minimizar las huelgas prolongadas y duras y cortes de rutas como los de la Panamericana que se multiplican. Son luchas que se deciden en asambleas y cuerpos de delegados, desbordando a los dirigentes traidores y conciliadores que pastorean en la quinta kirchnerista. Muestran el estado de ánimo combativo, asambleario, con autoconvocatorias, que pasa por encima de los Daer y los Yasky.

Plata hay… para pagar la deuda
La jornada de la Juventud de la CCC ¡No al paco! y ahora la de los mayores del MIJP por jubilaciones con el 82% de salarios de acuerdo a la canasta familiar, muestran la voluntad de lucha de esas masas por sus graves reclamos. Además, sigue el plan de lucha de los desocupados. La CCC marcha a nuevos cortes de ruta para fin de mes.
Sobre la juventud el gobierno versea. A los jubilados los amontona en la mínima. Los planes sociales están congelados a $ 150. Es el hambre de millones. El presupuesto destinado a planes sociales suma $ 1.800 millones. Además, es ínfimo el presupuesto para la juventud, y el gobierno “pijotea” los fondos que sí tiene el Anses negando el aumento en las jubilaciones. Al mismo tiempo, de enero a abril el gobierno pagó $ 4.920 millones de intereses de la deuda pública (Ambito Financiero, 28/5). En esos 4 meses, solo el aumento de los intereses, comparados con los que pagó el año pasado, fue igual al total del presupuesto para los desocupados, o muchísimo más del presupuesto social para la juventud; y ya le ha “tomado prestado” al Anses para pagar deuda pública. Por eso es justo decir que Kirchner paga la deuda pública con el hambre del pueblo.
Continúa la lucha de los estudiantes de Universidad de La Plata, y estalló la de los colegios universitarios de la Capital, por la democratización de esos centros de estudios, a lo que se va uniendo la pelea por mayor presupuesto. La lucha estudiantil confluye con la de los docentes universitarios de la Conadu Histórica.
Los yerbateros misioneros llevan varios días de corte de la ruta 14 por sus reclamos. Además, son numerosos los brotes de lucha de los pueblos originarios frente a viejos y nuevos atropellos con sus tierras y sus derechos.
También, crecen los pronunciamientos de las fuerzas patrióticas contra la alevosa entrega del gobierno kirchnerista de Chubut a la empresa  anglo-rusa Pan American del mayor yacimiento petrolero del país, hasta el año 2047.


2 – En mendoza se vio el bajón
El gobierno se ha debilitado por las huelgas y luchas populares. Además, está jaqueado por el “caso Skanska” y bajo la amenaza de que estalle la crisis energética (esta semana se debió importar energía desde Brasil y Uruguay, y faltó gasoil en el campo). Kirchner intentó retomar la iniciativa: hizo el acto del 25 de Mayo en Mendoza, despidió a algunos funcionarios corruptos (los “perejiles”), “estatizó” el ferrocarril Roca (después que su amigo y testaferro Taselli lo vació), y respondió en forma dura al informe yanqui sobre la poca seguridad en la Argentina (claro que no dijo nada del “operativo Unitas” en el que la Marina argentina participa con la Marina de Bush).
El acto kirchnerista de Mendoza mide bien cuánto se debilitó el gobierno kirchnerista comparado con el del año pasado en Plaza de Mayo.
Esta vez no llegó a sumar 25.000 personas, 15.000 de ellas llevadas por los intendentes de Buenos Aires y varios miles más aportados por el gobernador sanjuanino Gioja (AF, 28/5). Tan es así que, casi todos, cansados del viaje, después de escuchar los discursos se fueron a los micros (y a los sándwiches) dejando solos a unos 2.000 mendocinos acostumbrados a ver en el estadio y sus alrededores a más de 50.000 personas en la Fiesta de la Vendimia.
Kirchner intentó darle un tono distinto al acto. Habló de “un cambio”, “unidad en la diversidad”, “pluralismo”; en ese contexto mencionó a Yrigoyen, y para no desairar a la mayoría también a Perón (al que logró mencionar sin tartamudear: le cuesta mucho pronunciar la palabra Perón). Pero mostró la hilacha: llevó en su avión al candidato a gobernador mendocino del Frente para la Victoria, Celso Jacque, promocionó “las lágrimas” de Cristina K cuando él asumió la presidencia (lo que, notoriamente, no recibió aplausos sino algunos silbidos), y terminó levantando los brazos de Cristina y el gobernador Cobo: un acto de campaña. Incluso pareció recoger las críticas que viene recibiendo por su política proinglesa sobre Malvinas; pero es más fuerte que él: puso a las tropas a repartir chocolate caliente en su acto de campaña. ¿Será ésta la nueva “misión K” para las Fuerzas Armadas?

No enamora
El debilitamiento del gobierno de Kirchner no es un proceso “automático”. La economía crece. Aprovecha una situación económica favorable como no hubo desde 1904.
Pero el gobierno ató su política económica a las exportaciones, sobre todo las de granos, con lo que generó un poderoso impulso inflacionario. La leche, la carne y otros productos de consumo popular (además del golpe de las inundaciones) están atados a la suba de los precios internacionales. Lo mismo ocurre con la trepada del precio del maíz, que además del consumo humano, es un alimento básico para vacas, cerdos y pollos. Además, el alto precio de la soja provoca el desplazamiento de otras producciones, incluso verduras y hortalizas.
Ya no hay una base de alimentos baratos, lo que hace que los aumentos pactados con el tope salarial del 16,5% queden ridículos frente al impacto de la carestía. Es esto, y no los delirios persecutorios de Kirchner lo que alienta el malhumor popular y el surgimiento de la bronca. Y desde que la humanidad se dividió en clases, cuando los que trabajan no pueden reponer su fuerza social de trabajo con lo que perciben, brota el malhumor y las luchas, estalla la bronca y las peleas duras.
A Kirchner no lo ven las masas como un gobierno que distribuyó cuando había para repartir (como lo veían a Perón). Lo ven como un gobierno “pijotero”, que tiene y no reparte, y ahora salta, con la corrupción en Skanska, que es mucho lo que va a parar a sus bolsillos y los de sus amigos. Por eso no enamora.


3 – Voto bronca
Este fin de semana se realizan las elecciones en Neuquén y en la Capital Federal.
En Neuquén, el candidato de Sobisch se enfrenta al del Frente para la Victoria. El kirchnerismo tiene en su mochila haber ayudado a sobrevivir al asesino Sobisch cuando el pueblo lo puso al borde del nocáut: Kirchner, como a todos los de arriba, se horroriza de las puebladas. Así, la de Neuquén es una interna de sectores de los de arriba que han demostrado cómo se protegen cuando el pueblo busca castigarlos. Por eso el PCR, junto a otros sectores populares, impulsa el voto bronca: blanco, nulo o la abstención.
En la Capital Federal, muy pocos soportaron la farsa de “debate” que organizó el holding Clarín con Macri, Telerman y Filmus, o como se llamaban entre ellos: “Mauricio”, “Jorge” y “Daniel”, casi “en familia”. Macri recitaba sus “promesas” ocultando que “su papá” fue uno de las que más plata robó al municipio con las obras públicas y la basura; mientras Telerman y Filmus se peleaban para ver quién entrará a la segunda vuelta: un versero o un títere (ver pág. 3).
El PCR no va a legitimar estas elecciones truchas. Junto a los que luchan, junto a los familiares de Cromañón, y junto a muchos que están asqueados de esta política y de estos políticos que el pueblo ya repudió en el 2001, peleamos el voto bronca para que castigue con fuerza. Y para que sea un instrumento para reagrupar a las fuerzas que buscan profundizar el camino abierto con el Argentinazo, el único que lleva a resolver un gobierno de unidad popular, patriótico y democrático, que garantice pan, trabajo, salud, educación, vivienda, libertad e independencia nacional.