El 8 de mayo, en la ciudad de Santiago del Estero, se realizó la presentación del Nº 31 de la revista, con presencia de la profesora Josefina Racedo.
En una tarde de amigos y lectores de la revista, nos reunimos en la librería Dimensión (con más de 50 años de vida en la comunidad santiagueña), y su propietaria, la señora Gilda, dio la bienvenida con la alegría de ofrecer su local “para quien quiera poner de manifiesto inquietudes culturales”.
Venidos desde distintos lugares como Forres, Fernández, La Banda y la propia ciudad, los asistentes pudieron ser parte de la presentación y de un homenaje que la revista incluyó, como un sentido recuerdo a un gran defensor del quichua y de la cultura popular como fue don Sixto Doroteo Palavecino.
El acto contó con la apreciada presencia del hijo del folclorista, el músico y quichuista Rubén Palavecino, quien hizo entrega a la propietaria del local un libro autobiografiado por su padre –el Martín Fierro traducido al quechua–.
A lo largo de la presentación participaron con su canto los jóvenes Estefanía Herrera Astudillo, integrantes del grupo La Legión, con la voz de Gabi Acosta; la vidalera de Buey Muerto Francisca “Pancha” Gallardo trajo el canto sentido de la vidala como reflejo del artículo comentado en el Nº 31 de la revista, bajo el título “De la vidala solo quedaba un añoro” fruto de la sensible pluma de Víctor Delgado.
Cristina Astudillo referenció sintéticamente la historia de la revista. Josefina Racedo captó la atención, con palabras sencillas y amenas, fue relacionando los temas que refleja la revista y que forman parte de la realidad social, dentro de la cultura de nuestro país. Sobre el término “cultura nacional” expresó que el término refiere a la cultura que brota en cada rincón donde hombres y mujeres que trabajan, constituyen la cultura con sus ilusiones, con sudor, con la esperanza de una vida mejor.
Antes de cerrar, los presentes hicieron su aporte contando sus primeros contactos con la revista. Hablaron Tere Castronuovo, acompañada del indio Froilan, Norma Sayago, docente y escritora, Manuelita Giménez quichuista, Hilda Juárez. Para orgullo de todos Josefina cerró cantando y tocando la guitarra…
Fue una tarde a pura cultura, a puro arte, a puras ideas.
02 de octubre de 2010
