A partir del descubrimiento de grandes reservas de gas y petróleo en el este del mar Mediterráneo, se han vuelto a tensar las relaciones entre Grecia y Turquía, que tienen costas sobre esa zona. Grecia tiene soberanía sobre una cantidad de islas cercanas a la costa turca. A finales de julio Turquía anunció que iba a enviar al buque Oruc Reis, con escolta militar, a aguas al sur de una isla griega que está muy cerca de la costa turca, para realizar un peritaje sísmico, etapa previa a la explotación de hidrocarburos.
El gobierno griego respondió que no «aceptará la violación de su soberanía y hará todo lo necesario para defender sus derechos».
Estas reservas no sólo son importantes para los países de la región, sino también para Europa, por la importancia estratégica de un futuro gasoducto, que la haga menos dependiente del gas de Rusia.
Macron, primer ministro francés, que ya había acusado de criminal la intervención militar turca en Libia, acaba de anunciar que reforzará la presencia militar en el Mediterráneo oriental para la seguridad de la navegación marítima y el «respeto del derecho internacional”. Esto fue agradecido por el gobierno griego, que también envió unidades navales.
A su vez Erdogan acusó a Macron de colonialista por su inmediata visita al Líbano después de la trágica explosión en el puerto.
Hoy N° 1829 26/08/2020
