La inflación se disparó en el Reino Unido de Gran Bretaña, llegando a duplicar la del año pasado. Gran parte de esta suba se debe al aumento desmedido en el valor del gas y la electricidad. El gobierno quiere descargar el costo de la crisis económica, agravada por la invasión rusa a Ucrania, sobre las espaldas de los trabajadores. Pero el pueblo lucha por sus derechos, con jornadas de huelgas históricas.
El período de lucha viene desde fines de junio, cuando más de 50.000 miembros del sindicato ferroviario se declararon en huelga durante tres días, paralizando toda la región. Denunciaron como “inaceptables” las ofertas de aumentos, muy por debajo de la inflación. También denunciaron la intención de despedir a 2.500 trabajadores. En contra de esta lucha, el gobierno conservador británico impulsó una ley que autoriza a las empresas a contratar a personal de agencias de trabajo temporal para reemplazar a quienes hagan paro, algo que estaba prohibido desde 1973.
Además de los ferroviarios, los estibadores del puerto inglés de Felixstowe también llevaron adelante una huelga histórica. Por ese puerto pasa casi la mitad del tráfico de contenedores del Reino Unido, con lo que con esa huelga lograron hacerse sentir mostrando que sin los trabajadores la economía se paraliza completamente. Están planeadas más medidas de fuerza para septiembre.
También pararon trabajadores del correo, y programaron huelgas gremios docentes y del personal de la salud. El Colegio de Abogados Penalistas decidió avanzar con una huelga que será total, permanente y, en principio, indefinida desde el 5 de septiembre, paralizando esta rama de la justicia británica. Los recolectores de basura en Escocia también hicieron paro.
No sólo los trabajadores sufren los aumentos sin freno en sus hogares. Directivos de los hospitales británicos declararon que tendrán que recortar la atención a los pacientes para compensar la disparada en las facturas energéticas. Se prevé que las facturas de energía se dupliquen. También empresas de todos los sectores afirmaron que los enormes aumentos en las tarifas las obligarán a cerrar si el gobierno no las ayuda.
El gobierno pirata británico, usurpador e invasor de nuestras Islas Malvinas, sufrió denuncias de escándalos de toda índole, incluidos sexuales. Esto obligó a renunciar al primer ministro Boris Johnson. Quien lo sucede es Liz Truss, ultraconservadora. Va completamente en contra del pueblo: quiere recortar impuestos a las grandes empresas, y planea más aumentos en las tarifas energéticas. Para terminar con las luchas actuales, su partido quiere presentar un proyecto de ley para prohibir las huelgas en sectores clave del sector público, incluyendo el transporte, servicio de salud y la educación, así como a otros trabajadores de primera línea.
Es importante resaltar una campaña de desobediencia civil que lanzó “No Pagues Reino Unido”, que llama a no pagar las facturas de energía ante los constantes aumentos. Esto no pasa sólo en Gran Bretaña: la Asociación Alemana de Inquilinos advirtió de que millones de hogares no podrán pagar sus facturas de calefacción debido a la continua suba del precio del gas.
Hoy N° 1929 07/09/2022
