1. La contraofensiva ucraniana La invasión imperialista rusa a Ucrania lleva ya casi 18 meses, con sus consecuencias de miles de muertos, heridos y desplazados. La estrategia ucraniana de avanzar lentamente golpeando al mismo tiempo en las defensas y en la retaguardia rusa comienza a dar resultados. Así, lograron atacar con misiles el cuartel general de la Flota rusa en el Mar Negro que se encuentra en la península de Crimea, ocupada por Rusia en 2014. Después de casi tres meses, los tanques ucranianos pudieron romper la primera línea de defensa rusa en la región de Zaporizhzhia. Estos ataques mostraron que los misiles ucranianos esquivaban las defensas rusas. La contraofensiva va demostrando que los soldados ucranianos, equipados con armas modernas, pueden recuperar territorios ocupados por las fuerzas invasoras rusas, pero no será fácil. Putin tendrá que rendir cuentas al pueblo ruso, de que la guerra sería “un paseo”. Rusia, en esta última semana, reforzó sus ataques con misiles a la ya debilitada red eléctrica ucraniana, ocasionando daños en varias regiones, incluso en los alrededores de la capital, Kiev. Un senador republicano de Estados Unidos, Lindsey Graham, expresó con toda claridad los intereses de un sector de las clases dominantes yanquis, el complejo industrial-militar. Graham dijo que la guerra en Ucrania es una “buena inversión para el pueblo estadounidense”, ya que “no ha muerto ni un solo estadounidense”. Así las grandes potencias imperialistas avanzan en su disputa por un nuevo reparto del mundo, usando de carne de cañón a otros pueblos.…