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18 de agosto de 2021

Una estructura impositiva regresiva

De donde provienen los recursos tributarios y su destino

En el mes de julio pasado la recaudación tributaria nacional ascendió a $933.200 millones, con lo cual en lo que va del año se llegó a los $5,8 billones de pesos, billones son millones de millones. Si se toma la cotización promedio del dólar oficial en estos siete meses, que fue de $91,89 pesos por un dólar, el total recaudado en esta moneda asciende a 63 mil millones de dólares. Por eso es correcto afirmar que plata hay.

De esta situación de la caja nacional es necesario analizar en primer lugar de donde proviene tamaña recaudación y luego señalar el destino de los recursos. A los fines de esta nota deducimos de los $5,8 billones la recaudación por aportes de los trabajadores y las contribuciones patronales a la seguridad social (Anses) que recaudó $1,2 billones de pesos, con lo cual lo neto por impuestos que ingresó al Tesoro Nacional fueron $4,6 billones de pesos.

Al tener nuestro país una estructura impositiva regresiva basada en los impuestos al consumo de la población, el Estado hace pagar a los consumidores el Impuesto al Valor Agregado (IVA), tanto a través de la Dirección General Impositiva como del IVA que se paga a través de la Aduana por los bienes provenientes del exterior, por IVA ya se recaudó $ 1,7 billones de pesos.

Luego vienen los impuestos internos, que incluye principalmente los siguientes bienes y servicios: tabaco, bebidas alcohólicas, cervezas, bebidas analcohólicas (gaseosas), jarabes, servicio de telefonía celular y satelital, vehículos automóviles, cigarrillos, entrada de cines y el monotributo. A estos se agregan el impuesto a los combustibles y gas y el impuesto interno a los cigarrillos. Sumados estos impuestos a julio 2021 se llega a $2,2 billones de pesos, o sea que representan casi la mitad de todo lo recaudado, el 48 por ciento. Por el Impuesto a las Ganancias se ha recaudado 1,2 billones de pesos, es decir un 26 por ciento del total.

Esto es lo que caracterizamos como una estructura regresiva en materia impositiva, porque se pagan mucho más impuestos por el consumo de bienes y servicios que por impuestos sobre la renta y las ganancias. En el Informe de diciembre del año 2020 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE) también conocido como “el club de los países ricos”, se comprueba que en ellos el promedio de estos impuestos es del 11,5% sobre el Producto Bruto Interno, en tanto que la Argentina como país está en el lugar 79 con un promedio del 5,1%.

Por ello es falsa la argumentación que esgrimen los grandes contribuyentes de empresas monopólicas, muchas de ellas de capital imperialista, y los grandes terratenientes cuando dicen que Argentina es uno de los países con los impuestos más elevados para las empresas. Por ello ha sido justo y necesario impulsar la Ley de Aporte Solidario a las Grandes Fortunas. El Ministerio de Economía informa que desde el mes de marzo hasta julio se ha recaudado la suma de $ 197 mil millones de pesos por este “Aporte Solidario”.

En cuanto al destino de los recursos el gobierno se quedó con 2,5 billones de pesos para la Administración Nacional, o sea el 54,5 por ciento del total de impuestos, lo que es centralista y unitario y a las 24 provincias más CABA se giraron $2,1 billones de pesos, es decir el 45.5 por ciento restante. Este tipo de distribución de la Recaudación Tributaria Nacional es lo contrario de lo que estableció la Ley 23.548 de Coparticipación Federal de Impuestos del año 1988, a la que el menemismo comenzó a modificar en el año 1991. Por ello es necesario impulsar la Reforma Impositiva que propone el Programa de 10 puntos del PTP- PCR para enfrentar la crisis sanitaria, social y económica con el protagonismo del pueblo y en ese marco lograr una nueva Ley de Coparticipación Federal de Impuestos.

 

Escribe Carlos Aramayo

Hoy N° 1877 18/08/2021