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26 de mayo de 2021

El Cordobazo, un camino vigente

¿Qué fue el Cordobazo? Hace 52 años, la provincia mediterránea argentina fue escenario de una gigantesca pueblada, entre el 29 y el 30 de mayo de 1969, que marcó el principio del fin de la dictadura de Onganía, que estaba en el poder tras el derrocamiento de Illia en 1966. Córdoba, en esos años era un importante centro industrial, con miles de obreros del automotor, de Luz y Fuerza, metalúrgicos, etc., nucleados en grandes empresas, y con un nutrido contingente juvenil concentrado en escuelas secundarias y la universidad, muchos de los cuales -del interior provincial y de otras provincias- vivían en el Barrio Clínicas.

En 1969 nuestro país venía siendo sacudido por importantes luchas, que confirmaban lo que había indicado nuestro incipiente PCR, fundado un año antes, de que existía un polvorín de odio popular próximo a estallar bajo los pies de la dictadura.

“El Cordobazo del 29 de mayo de 1969 arrancó con un paro activo convocado por la CGT cordobesa frente a la decisión de la dictadura de Onganía de liquidar el sábado inglés. Fue precedida por asambleas del Smata, Luz y Fuerza, Dinfia, Fiat, etc., donde los obreros masivamente decidieron el paro y la movilización. A su vez, los estudiantes, en una asamblea con más de diez mil participantes, decidieron democráticamente su participación en el paro.

“Los obreros y los estudiantes, que venían protagonizando luchas y movilizaciones por las calles de Córdoba, sabían que iban a un combate y se prepararon para ello. En algunas fábricas a través de los cuerpos de delegados, jugando un importante papel las agrupaciones clasistas, se armaron bombas “molotovs”, se juntaron piedras y también algunas armas. En el Barrio Clínicas, donde vivían miles de estudiantes que venían del interior y de otras provincias, a través de delegados por manzana y por cuadra organizaron sus fuerzas”. Programa del PCR.

Así lo cuenta Roque Romero, ex secretario adjunto del Smata Córdoba que dirigió nuestro querido René Salamanca, secuestrado por la dictadura videlista. Romero, preso político durante varios años, decía en una charla en Mendoza en el 2014: “Si queremos hablar de la recuperación del Smata tenemos que pensar en ese 15 de mayo de 1969, donde este señor que dirigía el Smata y que se llamaba Elpidio Torres convocó a una asamblea al Córdoba Sport, un centro donde se hacía boxeo –tenía una tarima al medio y todo alrededor era tribuna, esa tribuna llegaba hasta el techo y el techo era de zinc–. Había una sola entrada, y bien lleno, lleno, entraban 7.000 obreros.

“En esa dictadura de Onganía, contra la que había una gran lucha, la corriente más fuerte en el ejército era la proyanqui, que hace centro en las conquistas del movimiento obrero, una cosa inconcebible de pensar. Primero que es una dictadura, ya eso empieza a caldear los ánimos, después que se metan con tus conquistas, después que tenés dirigentes traidores, es un horno que se va caldeando.

Romero contaba que en la asamblea del “15 de mayo del ‘69, días antes del Cordobazo, ya estaba el problema del sábado inglés”, y que en esa asamblea, ante miles de obreros mecánicos, el secretario del Smata cordobés de ese entonces buscó, con el secretario nacional Klosterman, frenar la combatividad, lo que ocasionó un gran repudio: “A eso se sumó que se generaba bronca afuera, que estaba en contacto con el cana que estaba en el caballo y empezó a pegar, y le tiraron una piedra que le dio en el casco, y ahí entraron a los gases adentro de ese lugar… Yo digo que ahí empezó el Cordobazo; se armó una de corridas, porque había que salir y la única forma era por los techos o por la única puerta, los canas se tuvieron que tomar el buque, a tal punto, que un montón de gente hacía fuerza y tumbaba esos colectivos largos que en ese tiempo usaban los policías. Nosotros ahí podemos medir ese momento, que fue un momento revolucionario…”.

A las 10 de la mañana del 29 de mayo salieron las columnas desde las distintas fábricas. La policía había montado un gran dispositivo para frenar la movilización. En distintos puntos de la ciudad comenzaron los enfrentamientos. En el choque de la columna de Santa Isabel con la policía, cae asesinado el obrero Máximo Mena. Al correrse la noticia, crece el odio y la masividad. Se multiplican las barricadas. Las columnas obreras combaten palmo a palmo con la policía.

Los estudiantes ocupan y se adueñan del Barrio Clínicas. A las 13 hs, la policía se retira derrotada hacia el Cuartel Central. Los obreros y el pueblo de Córdoba quedaron dueños de la ciudad. El combate de las masas, principalmente de las empresas de concentración proletaria, con un gran papel de los cuerpos de delegados y comisiones internas donde participaban activamente las fuerzas clasistas y la emergente izquierda revolucionaria, desbordó la política burguesa.

 

Del Cordobazo a la recuperación del Smata

Nuestro incipiente PCR, en polémica con otros sectores revolucionarios y del movimiento obrero, discutió que más que centrar en “qué le faltó al Cordobazo”, “afirmó la necesidad decisiva de que el proletariado tenga su partido de vanguardia para triunfar. Estudió esa experiencia de masas, analizándola a la luz del marxismo-leninismo. Trató de aprender de las masas, de analizar las formas de lucha y organización que las propias masas han encontrado, formas que bocetan el camino de la revolución en nuestro país. Valorando, en ese proceso de democratización del movimiento obrero, el papel de los cuerpos de delegados y su posible transformación en órganos de doble poder en momentos de crisis revolucionaria”, como dice nuestro Programa.

La corriente clasista revolucionaria fue creciendo luego del Cordobazo, “y alcanzó su máxima expresión con el triunfo de la lista Marrón en el Smata de Córdoba, que significó la recuperación del mismo por un frente único en el que tuvieron una participación destacada obreros clasistas revolucionarios junto a obreros peronistas, radicales y de otras corrientes, y que fue dirigida por nuestro Partido (los camaradas César Gody Alvarez y René Salamanca, posteriormente secuestrados y desaparecidos por la dictadura videlista, son parte fundamental de esa experiencia)”, afirma el Programa del PCR.

Con palabras sencillas lo cuenta Roque Romero: “En esos años uno no llegaba a entender tan a fondo qué es lo que está haciendo, qué es lo que significó eso. Recuerdo que íbamos a una reunión con René y cuatro compañeros, pasamos por Smata, y a René se le ocurre decir: ‘yo voy a ser secretario general de ese gremio’. Se imaginan cuál fue la reacción nuestra, era el gremio más grande: los cuatro tipos, jua jua jua, y él dijo: ‘¿de qué se ríen?’, ‘pero hermano ¿vos te crees que te van a dar un gremio de estos, aunque vos le llenes una mesa de punta a punta con votos nuestros? ¡Te patean las urnas!’. Eso, agrega Roque, muestra “la diferencia que había de René con todos nosotros, él valoraba el Cordobazo. Porque esa gente que tenía que elegir la dirección del Smata, esa gente organizó el Cordobazo. Y no era un simple hecho, es lo que hizo que la gente, cuando tuvo que votar, sin tener nosotros la posibilidad de ser tan públicos, porque estábamos laburando, no podés andar a la salida, en el comedor meta agitar, porque sabes cómo te sacan ¿no?, por eso digo yo que el Cordobazo es lo que permitió la elección del Smata Córdoba”.

 

Hoy N° 1865 26/05/2021