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02 de octubre de 2010

Poema del fuego

Urge el poema que ahogue tanto tiempo
“muerto, suspendido, casi muerto”
que despeje dudas entre los aturdidos
por tanto oficial seguidismo.
 
Que traiga en sus entrañas esas historias
de hombres mujeres y niños
tomando ciudades obligando a punta de metrallas
a los usurpadores de amaneceres
a entregárnoslas noches de estrellas rojas.
 
Un poema que construya memoria
con tantas manos sin obras ni sobras
que sea camino y guía
para los extraviados en la confusión.
 
Que tenga la fuerza de arrebatarle
a cada pensamiento o palabra la duda constante.
 
Urge el poema que signifique el caos
ése por el que se vive y se muere y ponga
cada cosa en manos de todos, su lugar merecido .
 
Que agite estas aguas revueltas montaña abajo
y al pie de la bestia mute en fuego
de la mano de aquel niño que tira de su carro viejo
y no sabe ni el pan ni la escuela o el juego que se merece
 
Porque aquí señores lo que hace falta
que cada puño estudiante, puño obrero, puño soldado
y suboficial patriota tome este poema entre sus manos
como un arma señalando al enemigo
y rinda cuenta y pase factura
a cada hijo digno de tal poema
a cada hijo de puta la misma moneda
de plomo de fuego y justicia en la frente.
 
Así que a no mirar a otro lado
a no darle la espalda a la historia
porque urge culminar el poema que escribimos
hace seis años atrás y quedó inconcluso
manchado de muerte pero también de esperanza
y hoy es una hoguera que la historia y la unidad
harán arder implacables más temprano que tarde.

Alejandro Funes, 19 de Diciembre 2007