El 7 de diciembre de l974, una banda golpista prorrusa asesinó a Enrique Rusconi en su casa de Tolosa, La Plata, ante su esposa y sus pequeñas hijas.
Cuando se abrían dos trincheras en la Argentina: a favor o en contra del golpe de Estado que ya se preparaba, Enrique, con el PCR, llevó la posición antigolpista a las masas.
En el último respiro de su vida, Enrique denunció como rusos y golpistas a sus asesinos.
El 7 de diciembre de l974, una banda golpista prorrusa asesinó a Enrique Rusconi en su casa de Tolosa, La Plata, ante su esposa y sus pequeñas hijas.
Cuando se abrían dos trincheras en la Argentina: a favor o en contra del golpe de Estado que ya se preparaba, Enrique, con el PCR, llevó la posición antigolpista a las masas.
En el último respiro de su vida, Enrique denunció como rusos y golpistas a sus asesinos.
Fue asesinado porque era un patriota y un antiimperialista consecuente. Porque luchaba por la liberación del pueblo y de la patria. Porque era un comunista revolucionario. Su ejemplo y la vigencia de su lucha nos acompañan y acompañan a las nuevas generaciones.