Trabajadores desocupados de la CCC, Comedores Independientes y Pueblos Originarios en Lucha, junto a “carreros” de distintas zonas de la ciudad, comenzaron el año con un masivo acampe de tres días frente a la sede local del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. Los manifestantes exigieron al gobierno nacional que se cumpla el compromiso previo de 700 becas escolares primarias adeudadas; y también solicitaron puestos de trabajo por cooperativas en el marco del Programa Argentina trabaja, anunciado hace cinco meses por la Casa Rosada.
A pesar de las insoportables temperaturas –más de 40 grados de sensación térmica- y la intensa lluvia, cientos de familias con sus hijos permanecieron en el lugar demostrando la firmeza del reclamo. Alrededor de 1.500 compañeros de más de 40 barrios de la periferia de la ciudad demostraron que el hambre no se toma vacaciones, y que no es posible seguir esperando respuestas de brazos cruzados. Como decía una compañera: “en los barrios hay cada vez menos changas, en enero la construcción no se mueve, la gente no quiere esperar”.
Previamente, los manifestantes recorrieron distintas arterias del centro de la ciudad exigiendo trabajo genuino, denunciando el crecimiento del hambre y reclamando la universalización de la asignación por hijo, ya que muchísimos compañeros no pudieron acceder al beneficio.
Miles esperando respuesta
Apenas comenzado el acampe, Delmonte (coordinador de la CCC de Rosario) denunció que “la Nación cuenta con fondos para pagar una deuda externa fraudulenta, pero no destina dinero para pagar su deuda interna”. Y agregó que la CCC insistirá con los programas cooperativos. “La presidenta hizo un anuncio hace cinco meses de 100 mil puestos de trabajo en cooperativas en todo el país, de los cuales no llegó ni uno a Rosario. Queremos que provincia y municipio nos ayuden con este reclamo, que nos den una mano para trasladarnos a Buenos Aires y pedirle a la Nación que cumpla con su promesa. A los gobiernos locales también los favorece el hecho de tener a su población con trabajo, y no por las calles reclamando y peleándose entre vecinos”, remarcó.
Un llamativo pasacalle resumía la bronca de la gente: “Los funcionarios del gobierno nacional se fueron de vacaciones. El problema se lo dejaron a los rosarinos”. El pasacalle incluía al final los teléfonos de los funcionarios; y muchos vecinos del lugar efectuaron llamados, confirmando lo que los desocupados sostenían: estaban todos disfrutando de vacaciones mientras miles siguen esperando respuestas.
Si bien los manifestantes no fueron recibidos por las autoridades nacionales -estaban de vacaciones-, en la lucha se lograron algunos avances significativos. Ante la ausencia de representantes del gobierno central, las autoridades provinciales y municipales debieron abandonar la actitud pasiva que tenían respecto del programa de cooperativas, e iniciaron gestiones concretas para su implementación en Santa Fe. Inclusive, efectuaron un pronunciamiento público exigiendo la pronta puesta en marcha del mismo.
Se logró un triunfo político
Fue justo poner el blanco en el gobierno nacional y al mismo tiempo instalar la protesta en pleno centro de la ciudad. Esto obligó a los funcionarios provinciales y municipales a sumarse al reclamo en pos de destrabar el conflicto, ya que el mismo corría el riesgo de extenderse afectando políticamente a las autoridades locales. Al mismo tiempo fue importante conversar con los vecinos y comerciantes perjudicados por la medida, ya que también presionaron para encontrar soluciones a los reclamos.
En definitiva se logró un triunfo político que fortalece la larga lucha, ya que el gobierno nacional quedó aislado y se pudo ir golpeando junto a distintos sectores que terminaron jugando a favor del reclamo.
Como resumía Eduardo Delmonte en declaraciones a un medio local: “Hubo un cambio de actitud por parte de los funcionarios, nos dan su apoyo en el reclamo, y eso para nosotros es importante. Mientras tanto —agregó— se comprometieron a crear más de 200 puestos de trabajo provisorios en higiene urbana, y nos garantizaron el pago de becas escolares en febrero”. Consultado sobre qué tipo de trabajos transitorios les habían sido ofrecidos desde municipio y provincia, Delmonte explicó que “se trata de trabajos en el área de Higiene Urbana, que nunca pudieron ser implementados por falta de herramientas y por la no asignación de tareas. Serían trabajos que implicarían contratos por tres meses. Lo que la gente quiere es trabajar, no que les den subsidios”, enfatizó.
Al finalizar el acampe, y tal como se había acordado previamente en asamblea de los compañeros, se efectuó la limpieza del lugar para dejarlo tal como se lo había encontrado. Fue esta una señal importante para los vecinos y comerciantes, que suelen ser susceptibles ante este tipo de situaciones y que ven en esta actitud un gesto de respeto hacia ellos.
Los funcionarios K estarán de vacaciones, pero la lucha continúa. Ahora, el próximo paso será volver a convocar a la unidad al resto de las organizaciones sociales y prepararnos para seguir avanzando.