La esquina del Congreso y la Avenida de Mayo se fue tiñendo de banderas argentinas y coloridas de distintas comunidades; pancartas con la exigencia de tierra para trabajarla y por la reforma agraria; la denuncia contra el saqueo de las minas contaminantes, el trabajo en negro en el campo y el desalojo; con la presencia de originarios y delegaciones de organizaciones de campesinos pobres y medios, y la CCC.
Con gran necesidad y alegría, ancianos, niños, mujeres y hombres desde los campos, montes y barrios de varias provincias salieron el día anterior para marchar en esta gloriosa jornada, por esa unidad que se va forjando nacionalmente.
“Acá estamos los trabajadores que luchan en las fábricas, desocupados y jubilados, campesinos y productores agrarios, estudiantes. Acá estamos unidos, como estamos unidos en el campo, las fábricas, los barrios y las aulas. Distintos rostros, distintas historias, idiomas, creencias y costumbres. Pero también la nueva historia que comenzamos a hacer juntos, hace 200 años, en cada rebelión contra la opresión nacional y social”, se dijo emotivamente desde el escenario, reflejo del sentir de los miles allí presentes.
La jornada del 19 copó la atención del centro porteño: transeúntes, comerciantes, trabajadores, conmocionados por el contenido de la marcha. En cambio en la Casa Rosada, no hubo un solo funcionario que recibiera a la delegación que quería entregar el petitorio con reclamos a la presidenta (se le entregó a un portero tras las rejas), y hasta se montó una provocación secuestrando el colectivo de la delegación de Rosario. A lo que los compañeros, una vez finalizado el acto, respondieron cortando la Avenida 9 de Julio.
Los originarios de pie
La mayoría de los oradores hicieron su saludo en su lengua. Mártires López (qom) de Chaco señaló que este día “los políticos lo utilizan para callar a los pobres originarios que viven en cada provincia. Queremos que la presidenta y el Estado nacional reconozcan el derecho a la tierra principalmente”. Oscar Guala (ranculche) de La Pampa indicó estar allí presente “por las grandes necesidades, por los despojos que estamos sufriendo los pobres de las naciones originarias en la Argentina”. Estela Silo (colla) de Jujuy destacó que no se puede celebrar el Bicentenario que el gobierno propone sin pagar “las deudas que tienen con nuestros ancestros, con cada habitante que pisa, que peleó y que lucha en esta Argentina”. Rubén Troncoso (mocoví) de La Plata denunció que los hijos de las comunidades se “mueren de hambre, mientras el gobierno dice que no hay hambre” y los jornales no suben de los 20 pesos. Rolando Freyenal (diaguita) de Tucumán denunció el desmonte, la contaminación y el saqueo con las mineras a cielo abierto que operan en su provincia. Por los qom de Rosario, Elena Quintero denunció la falsa igualdad de derecho que invoca el gobierno cuando “cada vez abandonan más chicos la escuela por no tener los útiles escolares y hay cada vez menos platos de comida para nuestros hijos”. Sergio Namuncurá (mapuche) de Neuquén remarcó la necesidad de una política de inclusión para los hijos de originarios como para los hijos de extranjeros en nuestro país.
Como en 1810, unidad en la lucha
Gustavo Funes, por el PCR señaló: “Este es un punto de partida muy importante que tenemos para abonar, para arrimarle fuego a estas brasas que vienen desde el Argentinazo, el Cordobazo y tantas otras puebladas y marchas que ustedes han protagonizado a lo largo y a lo ancho de nuestro país, convencidos como lo hacían esos revolucionarios de Mayo. Porque hoy, necesitamos esos cambios profundos, una revolución que termine con el yugo que nos oprime el imperialismo y los terratenientes, los que se quedan con todo”.
Juan Carlos Alderete, coordinador de Desocupados CCC, señaló que esta unidad de la CCC con los pueblos originarios “debe ser indestructible, con un solo brazo y con un solo puño”, y convocó a que en este aniversario de la Revolución de 1810, la CCC, esté “desde el 24 al 25 de Mayo en las rutas, acampando para decir queremos ser libres”.
Hugo Amor, por los profesionales de la salud de Fesprosa destacó que el problema sanitario “que golpea más fuerte a los que menos tienen, a los olvidados, a los pueblos originarios, no lo vamos a resolver solos los que trabajamos y luchamos en el sistema público de salud, sino con esta amplia unidad”.
Luis Porto (Federación Agraria) en su saludo dijo: “Lejos de una reforma agraria integral que permita el acceso a la tierra a las comunidades, vemos cómo se extranjerizan miles y miles de hectáreas que fueron de originarios o criollos”.
Ana María Riveiro del Movimiento de Mujeres en Lucha, señaló que “este bicentenario nos va a encontrar en los montes, en las trincheras, en las chacras y en los caminos peleando por esa tierra que decía Manuel Belgrano, que planteaban nuestros ancestros, los caciques, y por esa tierra que decía Artigas que tenía que ser para el que la trabaja.
Néstor Villacorta (Federación Nacional Campesina) destacó estar presente “con carácter de urgencia por nuestros hijos que no tienen un pedazo de tierra para trabajar y tener su familia”.
Mariano Sánchez, coordinador del MIJP-CCC, denunció la pobreza en la que viven 4.750.000 jubilados y pensionados, mientras el gobierno beneficia a los Benetton, Soros y paga la deuda externa.
Daniel Riveiro, en nombre de los trabajadores rurales de San Juan, denunció la propaganda oficial del trabajo en blanco cuando la realidad es la del trabajo en negro y con jornales de pobreza.
También subieron al escenario a dar su saludo expresando este gran arco unitario: Jorge Cardelli (Dip. Nac. Proyecto Sur), Oscar Castro (Convergencia de Izquierda), César García (Agrupación 1° de Mayo de los obreros de Terrabusi), Ian Cristal (CEPA) y Vicente Ruíz (municipales de Tucumán).
