1. A 200 años de la Revolución de Mayo
Se  cumplen 200 años de la Revolución de Mayo con la que nacimos como  nación. 
La lucha emancipadora recorrió más de tres siglos, con  rebeliones de los pueblos y naciones originarias, africanos esclavizados  y criollos, que se fueron uniendo para enfrentar a los poderosos  imperios europeos que dominaban el mundo en aquella época. En ese  terreno abonado por levantamientos e insurrecciones, incluyendo las que  derrotaron a las dos invasiones inglesas, triunfó la Revolución de Mayo,  derrocando al virrey e instaurando la Primer Junta. Una guerra difícil y  prolongada consolidó la independencia, en un proceso que hermanó a los  pueblos latinoamericanos y sus nacientes naciones.
El partido de la  independencia, y las fuerzas avanzadas, Moreno y Belgrano, Artigas y  Andresito, Güemes y Juana Azurduy, pugnaron por unir la lucha  independentista con la lucha por la libertad de la opresión feudal. Pero  se impuso una oligarquía de grandes terratenientes que se adueñaron de  las tierras, cerrando el camino a las aspiraciones de las grandes masas  populares que habían regado con su sangre la victoria independentista.
La  Revolución de Mayo quedó inconclusa. Los dos siglos vividos desde  entonces han sido, en otras condiciones históricas, de nuevos combates.  Las viejas y nuevas oligarquías cipayas sometieron y someten al país a  una nueva dependencia. Y las fuerzas obreras, campesinas, populares,  patrióticas y democráticas, luchan para conquistar la segunda y  definitiva independencia, y refundar una nueva Argentina.
2. El pueblo en las calles
El 25 de  Mayo 1810, los revolucionarios impusieron la Primera Junta a un Cabildo  que tres días atrás lo había impedido. Lo hicieron apoyados por cientos  de “chisperos” armados comandados por French y Beruti, y las milicias  organizadas contra las invasiones inglesas reunidas en el fuerte que hoy  es la Casa Rosada. 
El gobierno kirchnerista pretende apropiarse  del Bicentenario. Pero, a diferencia de 1810, el pueblo es “invitado” a  ser un simple observador de los discursos y adornos  del “festejo”.
El pueblo está movilizado y es protagonista en  fábricas, hospitales y escuelas; en pueblos y ciudades. Luchan por  salarios y condiciones de trabajo los obreros de la alimentación, los  trabajadores de comercio, los docentes, los estatales. El 12 se realizó  una nueva jornada nacional de los desocupados; y también hay  movilizaciones de los jubilados. Se multiplican las asambleas y actos de  protesta en el campo. Los originarios vienen de realizar una gran  jornada. Hay brotes de lucha estudiantil. El pueblo de Gualeguaychú  ratificó el corte y programó nuevas medidas de lucha.
3. Gobierno usurero y desmalvinizador
¿Cómo  puede pretender adueñarse del Bicentenario un gobierno que ahorca a las  provincias con alma de usurero?, (ver pág. 3).
La Revolución de Mayo  se financió sin contraer deuda. Fueron las oligarquías cipayas las que  iniciaron el endeudamiento con los “empréstitos”. El gobierno  kirchnerista mostró la hilacha al llamar “Fondo del Bicentenario” al  dinero que manoteó de las reservas del Banco Central para pagar deudas  ilegítimas reclamadas por los usureros imperialistas y sus socios  nativos. Ahora presenta como un “triunfo” el canje de bonos de deuda que  los bancos compraron por centavos y ellos van a pagar a 50 dólares. Y  negoció ese “canje” con un banco inglés, el Barclays, el mismo que  financia y es accionista de las empresas inglesas que están realizando  el robo del petróleo en Malvinas.
Cristina Kirchner volvió a mostrar  la hilacha cuando invitó al nuevo primer ministro inglés, Cameron, un  hombre del riñón de la burguesía imperialista inglesa, a “una  cooperación fructífera entre los dos gobiernos”. La respuesta del vocero  del gobierno pirata fue directa: “No tenemos dudas acerca de nuestra  soberanía sobre las islas Falklands (Malvinas) y las áreas marítimas  circundantes”. ¿Qué va a hacer el gobierno K por la independencia de esa  porción de territorio colonizado y saqueado? Más chamuyo. Es incapaz de  hacer lo que hicieron los patriotas de Mayo, cuando expropiaban los  dineros de los españoles colonialistas para financiar las campañas de la  emancipación. 
Remachan la dependencia
Los revolucionarios de Mayo tuvieron un proyecto  de Nación, que se expresó en el Plan Revolucionario de Operaciones,  escrito por Moreno con la colaboración de Belgrano. Tenían la idea de una  patria grande.
El kirchnerismo definió su política  basándola en la alianza estratégica con China, con el Mercosur y con  Europa; relaciones “maduras” con Estados Unidos, y acuerdos con Rusia.  Ahora, la burguesía imperialista china usa el peso que tiene en la  compra de aceite de soja para forzar “el libre comercio” que arruinaría  ramas enteras de la industria nacional. Brasil y la Unión Europea  amenazan con tomar represalias por las tibias medidas arancelarias  tomadas por el gobierno. Los rusos presionan por las exportaciones de  carne bloqueadas por el gobierno K. Y los yanquis “aprecian” la  colaboración argentina en su campaña contra Irán, y la devoción  kirchnerista en el pago de la deuda.
El proyecto de una  patria grande es lo opuesto a la política kirchnerista de remachar la  dependencia, de hacer negocios con otros países para llenarse  los bolsillos, como aparece ahora en la Korrupción del intercambio con  Venezuela, o funcionarios como Jaime que de la noche a la mañana  aparecen dueños de aviones, yates y mansiones. 
Artigas, Güemes y  otros patriotas mostraron cómo avanzar con el reparto de tierras, clave  entonces, y una de las claves de la Argentina actual.
¿Cómo puede  pretender el kirchnerismo adueñarse del Bicentenario, si viene de  gobernar Santa Cruz, en donde están los más grandes latifundios de la  Argentina, y los propios K, a través de testaferros se han convertido en  grandes terratenientes? Han destruido –con la sojización que enseñorea a  los terratenientes, los pules y los monopolios imperialistas  cerealeros–, ramas enteras de la producción agraria, por lo que tienen  responsabilidad directa en el encarecimiento de los alimentos que  consume el pueblo.
4. El  Centenario
Las derechas opositoras al kirchnerismo –que  expresan a sectores de las clases dominantes distintos a los que se  apoyan los Kirchner–, no han mostrado mucho empeño en la celebración del  Bicentenario.
Algunas lo contraponen con el Centenario, cuando la  vieja oligarquía tiraba manteca al techo, con los bolsillos llenos de  libras inglesas que iba a gastar a Europa, a costa de la miseria de  trabajadores en los conventillos y los obreros rurales y campesinos  arrendatarios en el campo. Celebran a los gobiernos que fusilaban a los  originarios, a los peones de la Patagonia rebelde y a los obreros de la  Semana de Mayo o La Forestal.
Mauricio Macri es hijo de la nueva  oligarquía, que heredó la esencia de “la vieja” oligarquía (explotadora,  represora, corrupta, golpista, etc.). Lo demostró cuando puso y  defendió al frente de la policía porteña al “Fino” Palacios, el jefe  policial que dirigió la represión asesina del Argentinazo, y al recontra  espía Ciro James. La “solidaridad” de De Narváez y otros con  “Mauricio”, demuestra que los “ajustes” que planean van acompañados de  “mano dura”.
5. El Bicentenario  del pueblo
La crisis mundial zamarrea a Europa. Castiga a  Grecia, España está en la picota, y otros países imperialistas como  Inglaterra e Italia están en la mira. Pero también, las huelgas  enfrentan el ajuste en Grecia, los piquetes cortan las calles de Madrid,  el pueblo y la guerrilla nepalesa rodean a Katmandú, y el pueblo  tailandés profundiza su insurrección.
En ese mundo, el Bicentenario  de nuestra Revolución de Mayo está vivo en la lucha de los obreros de  Arcor y la alimentación que han llevado adelante un duro plan de lucha.  En los petroleros despedidos de Comodoro Rivadavia que cortan la ruta.  En los ferroviarios del Sarmiento en lucha. En la heroica lucha de los  docentes de Neuquén que llevan 11 semanas enfrentando la prepotencia del  gobernador Sapag. En el combate de los trabajadores de Massuh por  mantener su fuente de trabajo. En los cortes de calles y rutas de los  desocupados y jubilados. En las luchas silenciadas de los campesinos  pobres y originarios. En la protesta chacarera que va creciendo. En la  pelea contra el desafuero y los juicios penales a los trabajadores de la  comisión interna de Kraft que dirigió la histórica lucha.
El  Bicentenario está vivo en la unidad obrera, campesina y popular,  patriótica y democrática, que se va gestando en multisectoriales y  coordinadoras, rodeando de solidaridad a las luchas, reclamando la  investigación y no pago de la deuda ilegítima, y acordando puntos de  unidad para impedir que se siga descargando la crisis sobre las espaldas  del pueblo, como empuja la política kirchnerista, ahora con el impuesto  inflacionario.
“Es amplio el arco de alianzas que se  organizan en multisectoriales y coordinadoras de luchas en todo el país.  Esto crea condiciones favorables para organizar un amplísimo movimiento  político, cultural y social que conmemore en forma combativa el segundo  centenario de la independencia en lucha por una segunda y definitiva  independencia nacional” (Informe del CC del PCR, 8/5/10).
El  Bicentenario estará vivo en las actividades que se preparan, con  vigilias en las rutas y plazas, maratones culturales y actos unitarios,  en los que se exprese la continuidad histórica de aquella gesta. No con  un doble discurso como el kirchnerismo. Tampoco con la visión  fraudulenta de otros sectores oligárquicos. Sino el Bicentenario de los  patriotas, obreros, campesinos y del pueblo, dispuestos a llevar al  triunfo sus banderas.
                                    