Querido camarada: Amigo de todos los tiempos, nos conocimos en la adolescencia, en esos tiernos 13 años a inicios de los ’60, en la escuela secundaria. En la afamada y prestigiosa Escuela Nacional de Agricultura de Casilda. Allí no sólo forjamos conocimientos sobre la producción y la ciencia agropecuaria, sino también compartimos momentos y vivencias que nos modelaron el carácter, los valores humanos, la concepción sobre la vida y la muerte, la teoría y la práctica, el trabajo en la chacra, la lucha estudiantil, la política, el deporte, la diversión, el amor, el despertar a la vida.
La convivencia diaria durante muchos años en el internado nos formó en la difícil tarea de compartir sueños, desventuras, éxitos y fracasos, a esa edad tan complicada, y lejos de las familias, pues la mayoría de los alumnos eran del interior y de distintos países de Latinoamérica.
Esa mezcla de hijos de obreros rurales e industriales, campesinos pobres y medios, empleados de la ciudad y el campo, sumado a un cuerpo de profesores muy destacados… que influyeron notablemente en nuestra posición antiterrateniente y antiimperialista.
Querido Rafael, pienso que esa fue la fragua que nos templó para el futuro; muchos de nuestros compañeros de la escuela se inclinaron por la balanza del pueblo y de la patria, como aquel que en los recreos leía a Mao, en plena época de la Revolución Cultural, pero indiscutiblemente vos fuiste el más destacado y consecuente representante de aquella generación que cambió el curso de la historia en la Argentina.
Recuerdo que eras un pibe descendiente de inmigrantes, de un pueblo vecino a Casilda, flaquito, alto, piernas largas, dicharachero, alegre, discutidor, inquieto, locuaz y porfiado para llevar a cabo cualquier tarea por difícil que fuera, con una gran capacidad par asimilar los conocimientos, un gran organizador, integrábamos aquellos "fogones" situados en el monte detrás del internado donde compartíamos las tardecitas alrededor del fuego, del mate y del cigarrillo armado, lejos de los celadores… Alguno de nosotros aprendió a pulsar una guitarra y a cantar algunos versos comprometidos con aquella realidad, además de las lecturas…
Nos recibimos y no volví a saber de vos por muchos años, te fuiste a seguir tus estudios en Corrientes con un grupo numeroso de compañeros de Casilda, y otro grupo menor nos fuimos para la Universidad de La Plata. Después vino toda tu experiencia en Centro de estudiantes de Agronomía, la Federación Universitaria del Nordeste, el Correntinazo, el Chaco…
Volví a saber de vos mucho tiempo después, previo al golpe de Estado de 1976, leyendo el Nueva Hora, donde pedían por tu libertad, y allí me enteré con una mezcla de alegría y de amargura, que estábamos en la misma trinchera. Y me sentí orgulloso de pertenecer al Partido que vos defendías desde la cárcel con tu intachable conducta revolucionaria, y mucho más fuerte para afrontar los momentos que se avecinaban, pude conocer algo más de tu vida de luchas y sacrificios, a través de los amigos…
Nos encontramos muchos años después, cuando ya eras un destacado dirigente nacional de nuestro Partido, y allí pudimos compartir un poco más y aprender de tu rica experiencia para poder transmitir a los nuevos camaradas cómo se forma un comunista, un revolucionario, o un "subversivo" como solías decir. Nunca dejamos de comunicarnos y vernos en los últimos años, y siempre supe de tus andanzas, pero nunca pensé que nos ibas a sorprender de esta forma, de esta desaparición prematura que nos causa un gran vacío, imposible de reemplazar…
Querido y recordado camarada, Flaco Gigli, en nombre de los que te conocimos y de los camaradas viejos y nuevos que te veneramos, desde el dolor te decimos: ¡No arriaremos las banderas por las que vos luchaste, la del marxismo leninismo maoismo, la lucha del proletariado y de los campesinos, y multiplicaremos los brazos y las mentes hasta que triunfe la Revolución Nacional y Social en nuestra Patria! Es compromiso de Comunistas Revolucionarios. ¡Por millones de Rafael. Por millones de María! ¡Ejemplos para la juventud! ¡Hasta la Victoria Siempre!
Luis Torrieri, San Javier, 18 de agosto de 2007.
P.D: me despido con aquellos conocidos versos de autor anónimo que servía de himno en nuestros años mozos y que te gustaban mucho:
Juventud fuerte y valiente / Para la paz y la guerra
Juventud que aró en la tierra / De su terreno camino / Consciente de su destino / Y de su grandeza futura / Escuela de Agricultura / ¡Girón de Pueblo Argentino!