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03 de octubre de 2010

Nos encontramos María y Rafael

Entre campos y arados, con una voz imponente aparecés y te reís del mundo junto a tu compañera, ella siempre defendió una de las más puras decisiones de la vida.
Porque en mi tierra, me pregunto, pudieron llegar a encontrar algo que darían por nosotros. No puedo dejar de ver que entre ustedes dos pueden comerse el mundo. No puedo tomar una sola parte de vos sin sentirme dentro. No puedo leerte entre línea y línea y derramar lágrimas de victoria. Porque en el desconocimiento inerte de tu existencia, nos encontramos en el camino de lo justo que haremos el día de mañana.
Mi corazón se precipita en el conocimiento de tu lugar que hoy es el nuestro, dedicarse a la dedicación de nuestra tarea es mucho más que vivir para la revolución.