El domingo 20 de junio se realizó otra edición del Encuentro de vidaleros y quichuistas, organizado por Sapiyman-Modacuna. ana chincanampaj –para que no se pierda, en voz quichua– fue la expresión pronunciada con ojos “chuias”, como diría Don Ata, con sonrisa amplia que demostraba la profunda alegría y la emoción de ser parte activa en este nuevo encuentro de vidaleros y quichuistas “Pedro Cala Loto”, organizado por Sapiyman-Modacuna.
Una jornada donde aparecen rasgos de nuestra cultura popular. Un día de sol pleno, santiagueño, radiante como el espíritu de los organizadores y el público que se mantuvieron “cuscas” (juntos) en el predio del ferrocarril.
Párrafo aparte fue el escenario: a ras de la tierra tendidos los chusis (manta de tejido en telar) al pie del “tacko” (algarrobo) que “lucía” enbanderando con el celeste y blanco de la bandera. Complementaban el marco, fotografías de Domingo Bravo, investigador santiagueño, difusor y defensor del quichua y don Sixto Palavecino quichuista, “cantor y violinisto sachero” como él lo dice. Cuadros con copias de Molina Campos como premios a los participantes de la “sortija”. Exposición de ejemplares de la revista La Marea, mistoles, chañares, complementaban el cuadro al pie del viejo algarrobo que luce más santiagueño con su fiesta esperada…fiesta que lleva más de 10 años.
Una jornada que renueva las fibras más intensas, a quienes conozcan o no la vidala o la dulce lengua quichua. Una tarde vivida a pleno, un canto que penetra y que inspira al actor Carlos Torreiro de Mar del Plata al decir:
“No te perdono vidala
llegar tan hondo
a donde yo no me atrevo si quiera
será por que allá guardo mis penas más viejas
y tu voz me las despierta…
nadie te inventa vidala
sos vos quien inventa al cantor
y siembras vida allá donde
el patrón cosecha una muerte anticipada
pero como te mueres en cada estrofa
yo arrimo mi cabeza a la tuya y te acompaño
¡vamos vidala! ¡no te calles!te callaron tantas veces tantos siglos…
¡vamos vidala! que se nos viene
viniendo el alba…
(Fragmento de Llanto de vidala)
Fue una tarde que permitió a las familias de Fernández, Forres, parajes y provincias vecinas disfrutar de comidas regionales, una carrera de sortija con la participación por primera vez en esta edición de los niños hijos de los jinetes, iniciadores de esta actividad en los encuentros de vidaleros.
La lucha del campo se vio reflejada en la voz de una mujer de los encuentros nacionales, hija y nieta de productores.
Al caer la tarde la voz quichua y el canto vidalero se fueron silenciando, como acompañando la entrada al sol, para volver a convocarse el año que viene.
03 de octubre de 2010