En estos días se conoció el fallo a 8 años de prisión a Arturo Benavídez, violador de Elizabeth Díaz. “Eli”, una joven cordobesa, asesinó al bebé producto de esas violaciones que se repitieron durante una década, desde sus 9 años. “Me parece tan poco, tan injusto -declara Eli a Clarín– pero lo que me hace bien es saber que esa condena es porque me creyeron a mí, a pesar de todas las cosas horribles que él dijo”.
Que haya sido absuelta y condenado el violador, por mínima que resulta la pena, es un nuevo logro del movimiento de mujeres, donde la lucha por la libertad de Romina Tejerina y cárcel a su violador, fue un hito fundamental. La joven jujeña aún sigue cumpliendo la injusta condena, confirmada por la Corte Suprema, de 14 años de cárcel mientras “Pocho” Vargas, su violador, se encuentra en libertad. Sin embargo este hecho instaló el debate en la sociedad acerca de la violencia sobre la mujer, la legalización del aborto y la necesidad, en general, de políticas específicas hacia las mujeres. Y su efecto incidió favorablemente en fallos judiciales sobre casos similares al de Romina, como la joven de Entre Ríos, Susana Coleman en Neuquén y el reciente de Elizabeth Díaz en Córdoba.
Pero esto no es lo que predomina: en los últimos años varios casos salieron a la luz, algunos de ellos por el uso de artilugios judiciales para impedir la interrupción del embarazo, incluso en casos que el aborto no es punible: las violaciones a mujeres con discapacidad mental, como la niña de 12 años de Mendoza o la joven de La Plata. Otros trascendieron, y despertaron la indignación de la población, por lo aberrante de la situación y la total impunidad. Sin ir más lejos la niña de 10 años en la provincia de Buenos Aires, atropellada, violada y luego quemada.
En el camino de lucha de las mujeres es un importante paso la sanción del Poder Legislativo uruguayo legalizando el aborto. Una batalla en curso, ya que el presidente Tabaré Vazquez amenaza con vetarla. En igual dirección de luchar por el aborto legal en nuestro país se inscribe los proyectos en discusión en Diputados para reincluir la figura del infanticidio en el Código Penal y la modificación del art. 86 del mismo, estableciendo el aborto no punible por violación.
El velo de silencio y culpabilidades ajenas comienza a caer; y por estos lares, las vergüenzas impuestas a las víctimas se van convirtiendo en coraje.
