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03 de octubre de 2010

Empobrecidos por los despidos que siguieron a la privatización de YPF, ahora sufren las consecuencias de un gobierno socio y benefactor del monopolio que los saquea.

Tartagal: la verdadera Kara del gobierno

Anticipo Hoy 1253

1. Todos por Tartagal
La durísima situación que sufre el pueblo de Tartagal está movilizando una amplia solidaridad popular. La CCC está realizando una colecta y organiza brigadas de voluntarios. El SAT y otros gremios, Federación Agraria y los Autoconvocados envían camiones con ayuda. El PCR y otras fuerzas también están coordinando actividades solidarias.
Lo ocurrido en Tartagal (ver pág. 16) es un reflejo del país. Era una ciudad petrolera pujante hasta que la privatización de YPF la convirtió en una población de desocupados. Debieron salir a las rutas para hacerse escuchar, la respuesta fue una represión sangrienta que asesinó a Aníbal Verón y otros salteños que luchaban por pan y trabajo.
Mientras Tartagal se hundía en la miseria, Repsol-YPF y otras empresas saqueaban las riquezas de la región. El gobierno construyó el puente que usan las petroleras para sacar la producción. En cambio, no hizo los puentes de la ciudad, dejando los que estrechaban el cauce del río creando una trampa mortal. Repsol-YPF taló picadas en el monte, y la rosca sojera lo va arrasando. Lo pudieron hacer porque el gobierno no reglamentaba la ley de bosques. No lo hacía porque una parte de las ganancias de Repsol van a los bolsillos de los Kirchner, que son dueños del 15% de las acciones; y se ha denunciado que, entre los sojeros estaría el gobernador K salteño Urtubey. Así crearon las condiciones para que los troncos y el barro que arrastró el río formaran el “dique” que provocó el desborde que arrasó la ciudad. Así se condenó al pueblo de Tartagal a estos sufrimientos, con muertos y desaparecidos.
Mientras la ciudad era arrasada, Cristina K se reunía en España con la cúpula de Repsol: ¿reunión de accionistas o de la presidenta con la petrolera? Después, CK fue a Tartagal a sacarse la foto, mientras los pobladores denunciaban la falta de ayuda, y que la poca que llegaba iba a parar a las manos de los punteros K.
El pueblo valiente de Tartagal fue uno de los que enseñó al pueblo argentino lo que es un corte de ruta; enseñanza con la que tantas veces se arrancaron conquistas a los gobiernos de turno. Debe tener el apoyo que necesita: solidaridad directa para la emergencia y combatividad para arrancarle al gobierno nacional y provincial lo que les hace falta para reconstruir la ciudad.

2. No a tarifazos e impuestazos
El movimiento contra los tarifazos K crece por todo el país. Las movilizaciones brotan en los barrios y pueblos, y se masifican en las ciudades. Es un movimiento multisectorial, amplio, unitario y combativo (ver amplia información en hoy). Millones de argentinos no pueden pagar los tarifazos K, que van a parar a los bolsillos de las empresas privatizadas, a las reprivatizadas a manos de los empresarios “amigos” del gobierno. Con las boletas llega “el impuestazo” para “la caja K”.
El tarifazo y el impuestazo son medidas reaccionarias que agravan la crisis y la descargan sobre las espaldas del pueblo.
También, brotan los petitorios populares por la rebaja del IVA a los productos de primera necesidad. Cuando Cristina Kirchner habla de “la miseria”, oculta que su gobierno le está cobrando el 21% de impuestos en cada cosa que compran los millones de argentinos que están en la pobreza, y los que no tienen para cubrir la canasta familiar. ¡Ni siquiera le sacaron el IVA a la población de Tartagal! En medio de esa catástrofe, los K hacen caja.

3. Otra ola del tsunami
La Argentina ya está chapaleando en el barro de la crisis. Desde octubre, la producción de acero cayó cerca del 70%, la automotriz el 55%, la construcción se paró totalmente, y se podría seguir rama por rama (La Nación, 15/2).
Las mentiras del gobierno ya no se sostienen. Los trabajadores van tomando en sus manos la lucha contra los cierres de fábricas, como en Massuh o en el ingenio Cruz Alta, y contra los despidos, y está por delante la lucha salarial en las paritarias.
Al revés de lo que mintió el gobierno cuando decía que los “acuerdos estratégicos” con China, España, el Mercosur, etc., le daban solidez a la Argentina, la crisis de las economías de esos países hace que compren menos y bajen los precios de los productos exportables argentinos. Le compramos más de lo que les vendemos a Brasil y China, los dos países con los que tenemos mayor comercio: una clara demostración del fracaso del “modelo K”.
Las capitales imperialistas toman medidas proteccionistas en defensa de sus monopolios, como Estados Unidos con el acero, Francia con sus automotrices, etc. Pero esas medidas van unidas a la exigencia de “planes” de ajuste en las que los monopolios descarguen la crisis, principalmente sobre sus filiales afuera de sus países. Un ejemplo es General Motors, ya se tragó la millonada de dólares del “salvataje”; ahora pide 5.000 millones de dólares más o que le permitan declararse “en bancarrota”. ¿Qué plan les exigirá el gobierno de Obama? Despidos, rebaja de salarios y cierres de plantas. ¿Adónde? Obama ganó las elecciones con el apoyo de los jerarcas sindicales yanquis…
Lo que se viene, ahora, es una nueva ola del tsunami de la crisis, con cierres de plantas y despidos, empujada desde las casas centrales de los monopolios imperialistas, que va a rebotar en los miles de pequeñas y medianas empresas que producen para esos monopolios.

Momentos de decisión
La política del gobierno y las clases dominantes, ha sido minimizar la crisis, primero con el “desacople”, después alentando ilusiones de que se va a salir rápido con los planes de Obama y otros jerarcas imperialistas, y los anuncios pomposos e inservibles de CK. Empujan, junto a los jerarcas traidores, cambiar despidos por salario, canjear despidos de contratados por promesas de no tocar a los efectivos; y cuando no pueden impedir la lucha, usan la promesa de algún subsidio. Así es el trabajo para dividir y desarmar a los trabajadores frente a la crisis.
Lo que se viene exige decisiones duras. Exige fortalecer la unidad de los trabajadores en la fábrica alrededor de la consigna: ¡Ni un solo despido! Exige prepararse para que fábrica que cierra la reabren los trabajadores y la ponen en producción arrancándole subsidios al gobierno.
Lo que se viene exige romper las maniobras de las patronales, los jerarcas traidores y el gobierno que buscan sacar a los trabajadores de las fábricas, sabiendo que la fuerza de los obreros está en su unidad en la lucha adentro de la fábrica
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Confluencia, multisectoriales y paro activo
La decisión de los gremios docentes combativos de no iniciar las clases si no hay una propuesta salarial justa del gobierno nacional y los provinciales y las iniciativas de lucha que se preparan, crean muy buenas condiciones para ir a una gran lucha, en la que empalmen los estatales por salarios y los estudiantes por presupuesto.
El gobierno trata de frenar y dividir la lucha de las masas agrarias. Sabe que la bronca acumulada en el campo es un polvorín que le puede estallar en cualquier momento. Hay piquetes ya al costado de las rutas en solidaridad con Tartagal. La asamblea en Las Rosas, el 17, con obreros, chacareros de FAA y autoconvocados, e industriales nacionales, es un hecho de gran importancia para la confluencia multisectorial con el objetivo de la lucha. Y el 18, van desde todo el país a Leones.
Los grupos de las clases dominantes se pelean entre ellos: cada uno busca medidas que los favorezcan frente a la crisis, como se vio en los chantajes entre el kirchnerismo y Techint. Al mismo tiempo, temerosos por el profundo desgaste político del gobierno y el enorme descontento y bronca popular, buscan frenar y esconder las luchas. Así, se esfuerzan por instalar las elecciones, empujando que las masas se dividan por el voto cuando faltan 8 meses.
La lucha del pueblo de Tartagal y en solidaridad con él, los movimientos contra los tarifazos, la de las masas del campo, los originarios y los pueblos de las provincias, la que se prepara de los docentes, junto a los estatales y estudiantes, crean muy buenas condiciones para una amplia confluencia multisectorial que tenga en el centro la lucha de los trabajadores fabriles contra la oleada de despidos y por las paritarias.
Es el camino para unir fuerzas en un paro activo nacional obrero, campesino y popular, que le tuerza el brazo a la política del kirchnerismo, que descarga la crisis sobre los trabajadores y el pueblo. Así se crearán condiciones para un gobierno de unidad popular, patriótico y democrático, que barra con el poder oligárquico imperialista y avance en el camino de la liberación nacional y social.