Si se necesita una confirmación de lo que es capaz la clase obrera argentina, con una dirección y cuerpo de delegados combativos, democracia en la toma de todas las decisiones y una línea de frente único muy amplia, hay que estudiar la experiencia de los obreros metalúrgicos de la empresa Mahle de Rosario.
Porque así se pudo hasta ahora en más de cien días de lucha intensa y sin tregua, mantener la defensa de los puestos de trabajo e ir sorteando una a una, las mil trampas, engaños y provocaciones de una patronal imperialista, una dirección entreguista y traidora en la UOM nacional y local y un gobierno nacional antiobrero y de doble faz.
En el hoy 1279 se anunciaba la radicalización de la lucha ante la decisión de la empresa de dejar de seguir pagando los sueldos. Compromiso asumido en la conciliación voluntaria frente a la Secretaría de Trabajo de la provincia.
A su vez, el gobierno nacional, que había prometido hasta el cansancio la continuidad de la empresa, incluso por parte de la propia presidenta, apenas terminadas las elecciones cerró hasta los teléfonos. El gobierno provincial proclama su solidaridad pero está muy distante de tomar las medidas efectivas y contundentes que se necesitan.
Para completar el cerco, la UOM de Rosario, obligada a meterse en la lucha de la empresa más grande del gremio en Rosario, propuso una pinza mortal: por una parte medidas provocativas (incluso de agresión a los directivos de Mahle) y por la otra, la propuesta divisionista de aceptar las indemnizaciones sin más, que viene planteando desde el inicio del conflicto. En palabras del propio secretario general de la UOM Rosario, Recchio: “Aceptemos las indemnizaciones porque en los otros conflictos que he participado ni las indemnizaciones pudieron cobrar los obreros”. Le faltó agregar “gracias a la traición mía y de la UOM kirchnerista de Caló”.
En esa encrucijada, los obreros en asamblea decidieron marchar a establecer un campamento en las puertas de la empresa Mahle en Rafaela por varios días, despertando la solidaridad de los obreros rafaelinos, al punto que Mahle decidió “suspender las actividades por razones de seguridad”.
Simultáneamente, solicitaron solidaridad a la Multisectorial de Rosario para realizar un corte de la Autopista a Buenos Aires, de 16 a 19 hs, lo que se realizó con gran éxito, destacándose la participación de la CCC (a pesar de estar realizando simultáneamente un acampe masivo en la Plaza San Martín), los centros de estudiantes, el MML, etc.
Esas medidas de lucha, más la presencia combativa de los obreros en la Secretaría de Trabajo, obligó a la empresa a pagar sueldos comprometidos y deudas anteriores, lo que significa un gran respiro para continuar la lucha. Pero a la vez, insistió en poner a disposición de los obreros la indemnización, culpando al gobierno nacional por la imposibilidad de encontrar una salida. Esto provocó una división importante con una parte de los compañeros más viejos, que no creyendo en la posibilidad de triunfar, no quieren quedarse con las manos vacías.
En una emotiva asamblea frente a la Secretaría se mandató a los delegados a que se permita “a título individual” cobrar las indemnizaciones. Mientras la mayoría, conciente de que hay que profundizar la lucha, discute impulsar nuevas medidas de lucha más duras todavía si el gobierno nacional no garantiza la continuidad de la fábrica. Y se impulsa la ley de expropiación ya presentada en la provincia y la posibilidad de poner en funcionamiento la planta. Para lo cual va a ser más necesaria que nunca la solidaridad de toda la clase obrera y el pueblo y en particular la solidaridad de los metalúrgicos de todo el país.
No se puede entender la derrota y aislamiento de los Kirchner y la situación política nacional, sin estudiar a fondo estos procesos profundos de combatividad y democracia obrera que se van produciendo a lo largo y ancho del país. Sólo como ejemplo, podemos decir que en este momento se están realizando asambleas de sección y se marcha en los próximos días a una asamblea general de planta en General Motors, para decidir los pasos en la discusión paritaria. En un clima que obligó a la dirección del Smata nacional a realizar una reunión nacional de delegados de base, que ayudó a democratizar el debate de paritarias.
En estas luchas se decide si la CGT de “los gordos”, va a seguir bancando a los Kirchner a pesar de su debilidad y qué papel va a jugar la clase obrera frente a la crisis en las inevitables tormentas políticas de los próximos tiempos.
03 de octubre de 2010