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03 de octubre de 2010

Viejas y nuevas encuentreras, una vez más se dieron cita en San Miguel de Tucumán. Tomaron en sus manos la organización, protagonizaron los debates y lograron realizar con éxito este 24 Encuentro.

Se realizó el 24º Encuentro Nacional de Mujeres

15/10/09> Más de 20 mil mujeres en Tucumán

Las tucumanas de los silbatazos, las que pelean por aparición y justicia de Marita Verón, las que enfrentaron la dictadura y sentaron en el banquillo al genocida Bussi, trabajadoras, de la salud, universitarias, amas de casa, profesionales, etc., todo un año trabajaron y fueron parte de una Comisión Organizadora, para recibir a más de 20 mil mujeres de todo el país que viajaron para traer sus experiencias de luchas y de vida.

Hubo cerca de 200 talleres
Los talleres son el corazón del Encuentro, son el espacio donde se recupera la voz de las que no la tienen, y se reafirma en la masividad que adquirieron en este 24 Encuentro.
Una característica de este Encuentro fue la gran cantidad de talleres, su masividad y participación, los que empezaron y terminaron igualmente numerosos.
Tanto los talleres de Trabajo, Sindicato y Desocupación, aumentaron en su número (7 de Trabajo, 4 de Sindicato y 4 de Desocupación) y se llenaron de compañeras que pusieron en debate las condiciones laborales, el ajuste, los despidos, la precarización: la crisis que nos quiere hacer pagar el gobierno kircherista.
La heroica experiencia de las trabajadoras de Terrabusi, dio luz y ejemplificó el camino para enfrentar a las patronales, al gobierno y a los sindicatos traidores. Cientos de mujeres relataron la solidaridad con este conflicto en sus lugares, empalmando con sus propias experiencias de lucha. Estuvo presente la voz de las trabajadoras y profesionales de la salud de Tucumán.
Las jóvenes estuvieron presentes en todos los talleres. Específicamente se armaron 11 de Adolescencia y Juventud, donde jóvenes trabajadoras y estudiantes hicieron responsable al gobierno de no tener acceso a la educación, la salud, el deporte y la recreación. Se planteó el problema de la droga, la sexualidad y la desocupación. Frente a esto, hubo un importante número de jóvenes católicas que reproduciendo posturas recalcitrantes, responsabilizaron a la familia por esta situación.
Como todos los años, fue enorme el taller de mujeres originarias de muchísimas comunidades del país. Sentadas en ronda, qom, mocovíes, mapuches, coyas, entre otras, fueron contando sus condiciones de vida, discutieron distintas posturas y algunas de ellas invitaron al Encuentro de pueblos originarios que se realizará en Jujuy el 7 y 8 noviembre. El problema de la tierra y su extranjerización estuvo presente en este taller y también en los dos de campesinas y obreras rurales. Hubo tres experiencias que tiñeron estos talleres: las de las campesinas pobres del Chaco, de Asoma de La Plata y las compañeras del Paraguay. Las primeras con su gran marcha a pie a Resistencia y el acampe en la plaza que duró más de un mes. Las medieras de Asoma, contando su experiencia de organización y trabajo entre las mujeres. Las paraguayas hicieron hincapié en su lucha por la reforma agraria y antiimperialista.
Para dar otros ejemplos de masividad: hubo 7 talleres de Trata, 6 de Identidad, 5 de Género, 4 de cultura y arte, 4 de medios, 2 de Empresas Recuperadas, 3 de Medioambiente, 4 de Poder. Se llenaron los talleres de violencia. Y este año fueron 21 los talleres que se abrieron alrededor de anticoncepción y aborto.
Fueron muy masivas, además, las actividades culturales y políticas que se desarrollaron alrededor del Encuentro como el silbatazo y charla por la libertad de Romina Tejerina, la mesa debate sobre la trata de personas, el acto de las trabajadoras de Terrabusi, la charla contra la discriminación organizada por el Inadi, entre otras.
A lo largo del Encuentro, hubo sectores que plantearon que las trabajadoras de Terrabusi con sus familiares debían encabezar la marcha. Ese gesto, en apariencia solidario, pretende cambiar la esencia del Encuentro. ¿Por qué? Porque parte de pensar que entre dos o tres fuerzas políticas pueden acordar algo y pasar por encima a la dirección del Encuentro, incluso al margen de las mismas trabajadoras de Terrabusi que no acordaban con encabezar la marcha. La Comisión Organizadora es la que organiza y dirige cada Encuentro, por eso encabeza la marcha. Y así se garantizaron estos 24 años. La Comisión Organizadora es durante todo el año previo a la realización del Encuentro, un espacio democrático, en la que participan diversos sectores aportando distintas ideas, con heterogeneidad de opiniones.

Las reaccionarias y las funcionales
Como ya ocurrió en años anteriores, fue en los talleres que abordan los temas de la anticoncepción y aborto en donde se concentró la disputa entre sectores de la iglesia (este año más numerosos y organizados) y fuerzas como el Partido Obrero y Las Rojas, que pretenden directamente echarlas y que no participen. Esto se vio agudizado cuando, por un lado sectores reaccionarios católicos tomaron algunas aulas y no dejaron entrar a nadie que piense diferente. El PO y Las Rojas persistiendo en el objetivo de cambiar el carácter de los encuentros lo que consiguen es correr el blanco del gobierno K, siendo funcionales a éste y a los sectores reaccionarios de la Iglesia.
En la forma que actúan, impiden la necesaria unidad de quienes están verdaderamente para desarrollar un gran movimiento que luche por lograr una consigna histórica, que hoy toma gran parte de las mujeres que concurren a los encuentros: educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir.
A su vez la conducta de los sectores católicos que ocupan las aulas y las cierran impidiéndole la entrada a los que tienen otra posición, ataca el objetivo del Encuentro que es el intercambio democrático entre distintas posiciones. Y facilita también la actitud no democrática de  estos grupos trotskistas que quieren transformar el Encuentro en un plenario de activo político de la izquierda. Como sostienen insistentemente, transformarlo en un plenario de trabajadoras que discutan en asambleas, voten y decidan por mayoría y minoría.
En estos 24 años reafirmamos la identidad de los encuentros en su condición de autónomos, horizontales, plurales, federales y autofinanciados, sin condicionamientos, donde el consenso como práctica democrática nos permite debatir y encontrarnos en la diversidad, espacio abierto a todas las mujeres que valoran estos tres días del Encuentro como una forma de aprender sin maestros, de organizarnos sin patrones, de decidir sin padres. Y luchar por la libertad.

Una marcha impresionante
Todo el colorido de las banderas y pañuelos, pancartas, murgas, silbatos, stencils y cantos, fueron tiñendo las más de quince cuadras de mujeres que conmovieron el centro de San Miguel de Tucumán.
Con una bandera gigante de la Comisión Organizadora al frente, la interminable columna de mujeres fue avanzando. Los silbatos tucumanos acompañaron sin cesar.
“Con tanto corte por Terrabusi, con tantos días de acampe en Chaco, en la Rosada tienen cagazo, que se venga otro Argentinazo”, entonaban las jóvenes a su paso, mientras trasladaban la ya tradicional pingüina de los Encuentros, que fue quemada al finalizar la marcha.
Aguardando el paso de la marcha, hombres con afiches en sus manos, los mismos que se vieron por toda la ciudad, oraban y defendían las iglesias de las “hordas”.
La marcha finalizó en la esquina de la Maternidad, donde fuera vista por última vez Marita Verón hace siete años atrás.

 

¡Paraná nos espera!

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La sede del 25º Encuentro, el año que viene, fue resuelta con un aplauso unánime. Una delegación muy numerosa y multisectorial expuso las razones de por qué realizarlo allí. Las compañeras que sostenían la propuesta de la Ciudad de Buenos Aires, en una actitud unitaria, acordaron con los argumentos para ir a Paraná, aunque mantenían su opinión de la importancia de que el Encuentro se hiciera en la Capital Federal.
Por eso en el año del Bicentenario, resaltando el federalismo, a las mujeres ¡Paraná nos espera!