Una oleada de desalojos se está viviendo en Moreno, Gran Buenos Aires. Hace 15 días un violento desalojo con 500 efectivos -digno de la época de la dictadura- dejó a 170 familias del asentamiento 25 de Mayo con las manos vacías y la efímera promesa de reubicarlos, del municipio. Un hombre que se negó a abandonar los restos que el desalojo dejó de su vivienda, fue aplastado por el techo en la tormenta del viernes 13, su acompañante está grave, internado en el hospital local.
Hoy, martes 17, mientras que algunas familias decidieron volver a tomar el predio, otro operativo policial amenaza con el desalojo del asentamiento Villanueva. En ambos casos la orden judicial está a cargo del juez Juan Francisco Radizzani, el mismo que hace días atrás ordenó el desalojo del comedor “Todo por los chicos” de la ex mujer del delegado del subte Néstor Segovia, donde sus hijos fueron heridos por balazos de goma.
La oleada de desalojos, medida restrictiva impulsada desde el gobierno provincial, una vez más, corta el pie en vez de agrandar el zapato. Frente al gran déficit de vivienda que sufre la zona el gobernador Scioli impulsa el “cuidado” de terrenos abandonados y ociosos, ya que los que quedan a la deriva son trabajadores desocupados, sin nada, y en gran parte de origen extranjero.
La CCC de la zona acompaña a los desalojados, colaborando en la instalación de los que volvieron a 25 de Mayo y convoca a todas las organizaciones sociales a solidarizarse para impedir el desalojo latente en Villanueva.
