El lunes 26 por la tarde se reunió la asamblea de Los Sin Techos. Los ánimos estaban caldeados: varios compañeros y compañeras expresaron su enojo ante la falta de respeto del gobierno de Gildo Insfrán. Este gobierno que no escucha, que se quiere mostrar como “desinformado” por sus propios operadores políticos, hace correr sus sesudas conclusiones como en todas las luchas: “están dirigidos por agitadores sociales”, “persiguen otros fines”, “quieren joder al gobierno”.
Insfrán y su compinche Antonio “Pomelo” Ferreira actúan con una línea y un método prefijado: no escuchan los reclamos populares, tratan de entretenerlos con promesas, intentan sobornar a los dirigentes, y si la lucha persiste, garrote y cárcel. Por eso afirmamos que son fascistas disfrazados de demócratas.
La asamblea del lunes 26 decidió marchar el miércoles siguiente, nuevamente, desde la parroquia de La Sagrada Familia (en el barrio Eva Perón) hasta la Casa de Gobierno. En la caminata, siguió el debate entre los compañeros que sólo reclaman un terreno para criar sus hijos. El debate fue si aumentar la fuerza de las medidas de lucha o continuar con las marchas. Las opiniones de corte de ruta y acampe estaban en la mente y expresión de varios. La ruidosa comparsa seguía su destino hacia la Casa de Vidrio. La policía insistió: que los “acompañaba para cuidarlos”.
Al llegar a la cueva de los mentirosos, se decidió entregar otro petitorio (por si los anteriores se les habrían extraviado) y pedir ser recibidos por algún funcionario. La insistencia dio sus frutos: un funcionario de tercera o cuarta línea informó a la delegación que “debían esperar”, “que no era necesario hacer estos escándalos”.
Mientras no hay solución para estas 210 familias que viven hacinadas en casa de familiares o amigos, o pagando alquileres imposible de cumplir. Son 210 terrenos que se solicitan para ingresar en un programa de autoconstrucción y poder desarrollar sus familias dignamente. Por lo tanto, la lucha va a continuar, sin tregua ni descanso. El reclamo es justo. Las 210 familias se merecen un pedazo de tierra.
03 de octubre de 2010