Los trabajadores de Paraná Metal afrontaron al gobierno nacional, que jugó abiertamente a favor de “su” empresario o testaferro Cristóbal López, a través del ministro de Trabajo Tomada, y la traición abierta de la UOM nacional y de la CGT de Moyano, que en el momento culminante de la lucha realizó un acto masivo en San Lorenzo sin anunciar la menor medida de apoyo, y por el contrario declarando “inviable” a la empresa por su exceso de obreros.
Los trabajadores de Paraná Metal afrontaron al gobierno nacional, que jugó abiertamente a favor de “su” empresario o testaferro Cristóbal López, a través del ministro de Trabajo Tomada, y la traición abierta de la UOM nacional y de la CGT de Moyano, que en el momento culminante de la lucha realizó un acto masivo en San Lorenzo sin anunciar la menor medida de apoyo, y por el contrario declarando “inviable” a la empresa por su exceso de obreros.
También tuvo que sufrir a una dirección de la UOM Villa Constitución vacilante, conciliadora, que fue siempre por detrás de la combatividad del conflicto, que no se animó a denunciar jamás a los Kirchner y sus empresarios.
Tuvo a favor la combatividad admirable de los trabajadores de P. Metal, la solidaridad de los obreros y de todo el pueblo de Villa Constitución, y el apoyo de toda la comunidad, desde los sectores clasistas y combativos de la CCC y del sector de Micheli de la CTA, que ayudaron a la nacionalización del conflicto, hasta el obispo de Rosario.
Acuerdo prendido con alfileres
En ese marco y después de 33 días de cortes de la autopista, la Asamblea decidió por mayoría aprobar un acuerdo muy precario que a grandes rasgos determina la reapertura de la fábrica, la continuidad del trabajo para alrededor de 300 compañeros y el mantenimiento de un sueldo mínimo para los 600 compañeros restantes durante un año a la espera de futuras “reactivaciones”, “conversiones”, etc.
Mientras está en el aire el debate sobre el balance de esta etapa, se prepara la continuidad de la lucha en otras condiciones.
En la expresión de los propios trabajadores: “No es una derrota, pero tampoco una victoria: es un acuerdo para que en el futuro esto mejore….”
“No logramos lo que pretendíamos, pero al final conseguimos que la fábrica se reabra, y esto ya es un alivio. Para mí, esto recién comienza ahora, y también la incertidumbre de saber quién se va a quedar…”
“Al menos se abrirá la fábrica, cuando empezamos todo estaba en quiebra. Cuando la fabrica se abra, dentro de 15 o 20 días, recién allí va a comenzar la verdadera lucha…”
El acuerdo está prendido con alfileres, sobre todo por la actitud mentirosa y provocadora de los empresarios delincuentes, que antes de cumplirse la primer semana ya declararon “El pacto es precario, se termina la joda o nos vamos”.
La heroica etapa que acaba de culminar puso al desnudo la política antiobrera y antinacional de los Kirchner y sus mentiras sobre el crecimiento del país y colocó a la clase obrera en el centro de un gran reagrupamiento popular contra el gobierno nacional, la próxima etapa demandará que sigamos levantando la consigna: Todos somos Paraná Metal, que lo hizo posible.