Después de meses de lucha con denuncias, escraches, movilización de los trabajadores de Terrabusi, con la solidaridad y el aguante de los compañeros desocupados, jubilados y trabajadores de otras fábricas logramos arrancarles las elecciones de delegados a todos los que se oponían. La convocatoria se tendría que haber llevado a cabo el 22 de octubre en Mantenimiento y Producción, el 26 en Depósito y Chocolate y el 28 en Envasamiento. Estas elecciones habían sido convocadas por el Sindicato de la Alimentación en enero de 2010, fueron impugnadas dos veces por la patronal de Kraft y la Comisión Interna, y suspendidas por la viceministra de Trabajo Noemí Rial, el 21 de julio.
La Kraft, apoyada por la Copal (Cámara Empresaria de la Alimentación), que dirige el “testaferro” Funes de Rioja, no quiere que se elijan más delegados. Vuelven a impugnar ante el ministro de Trabajo. La Comisión Interna, como siempre funcional a las patronales, también impugna. Y para poner más contenta a la Kraft, también lo hace ante la justicia laboral. Tomada y el juez laboral suspenden de nuevo la elección de delegados. A su vez el ministro de Trabajo resuelve que los candidatos no pueden ser despedidos hasta que se resuelvan estas elecciones.
¿Por qué queremos más delegados?
La convocatoria a elección de 17 delegados, aunque es insuficiente la cantidad porque no cubre todas las secciones, es un paso adelante para avanzar en la organización de toda la fábrica para parar los atropellos de la Kraft, para llevar adelante los reclamos de todos los sectores (frenar el aumento de los ritmos de trabajo, pedidos de categoría, condiciones dignas de trabajo, injusticia con las horas extras, tercerizados, etc.) y para dar un salto en la preparación de la lucha por un salario acorde al costo de la canasta familiar y pararle los ajustes a la Kraft.
¿Por qué se opone la Kraft?
Para la Kraft las cosas están bien así. Claro, si mientras nosotros no llegamos a fin de mes a pesar del 35% de aumento que se termina de pagar recién en abril del año que viene, ellos ya aumentaron tres veces sus productos: Hace seis meses un alfajor Terrabusi costaba en los comercios $1.20, hoy sale $2.50; Tripack Express pasó de $2.20 a $5.40; Variedad 400 gr. de $1.80 a $6.40; fideos Don Felipe de $3.20 a $7.20, y sigue la lista. Su facturación en el último año fue de 2.800 millones de pesos.
Y no sólo eso, sino que duplicó la producción con menos compañeras y compañeros en las líneas. Con la gloriosa lucha del 2009 pudimos parar los planes de la Kraft de sacar un turno con despidos masivos, pero quedaron 53 compañeros afuera, y en este año la empresa siguió suspendiendo y despidiendo compañeros. Por la fusión con Stani-Cadbury despidió más de 250 empleados administrativos, allí donde trabajaba la compañera Marcela Ortega, que falleció víctima de esa superexplotación de la empresa.
¡Cómo no va a estar contenta la empresa si paga salarios de hambre y gana fortunas produciendo más con menos gente! ¡Cómo no va a estar en contra de que se elijan delegados que organicen a los sectores para enfrentar tanta injusticia!
¿Por qué está en contra la Comisión Interna?
Ellos también impugnaron la convocatoria ¿por qué? El argumento es que 17 delegados son pocos. Es cierto que son pocos, pero es un paso adelante. Si su pelea por más delegados fuera sincera hubieran hecho asambleas, movilizaciones, hubieran luchado por tener más delegados. Pero no hicieron nada de eso. No es leal tomar un reclamo justo como es que haya más delegados, para terminar haciendo lo que la Kraft quiere, que es que no haya ninguno. Si partimos de los hechos coinciden con la empresa.
Si queremos avanzar tenemos que agarrar estas elecciones para ir por más. La actual Comisión Interna dice que no lucha por el acta que firmó hace un año la anterior Comisión Interna. Parte de una mentira, diciendo que en el acta se aceptaba el despido de 53 compañeros. Primero que esa lucha heroica, de la que todos fuimos protagonistas y que conmovió al país, fue encabezada por la anterior Comisión Interna en la que ellos tiraban para atrás. Segundo, que por esa acta que se firmó se reincorporaron 70 compañeros, paramos los planes de más despidos y eliminar un turno, la Kraft se comprometió a no irse del país (entre otros puntos), y dejaba los casos de esos 53 compañeros a analizar caso por caso, compañeros que fueron abandonados por la actual Comisión Interna. Y tercero que el acta fue puesta a consideración en asambleas masivas de los turnos mañana y tarde, donde fue aprobada. Y no se hizo asamblea a la noche por oposición del compañero Hermosilla que decía “me cago en los de adentro”.
En un volante dicen que “La justicia había desestimado las causas contra la Comisión Interna…”. Parece que no se enteraron que por esa lucha María Rosario tiene 14 causas penales, Bogado 18, Penayo 16, Alfonso 8 causas, etc., y ellos no mueven un dedo. Los compañeros, lejos de justificarse, hicieron lo que tenían que hacer, no arreglaron, no aceptaron la plata de la Kraft y volvieron a la línea a trabajar como uno más. Así que ¡basta de justifi-carse con el acta!
La actual Interna ha tomado el problema de la salud. Eso está bien, pero no se puede reducir ese problema a las deficiencias del servicio médico. Tiene también mucho que ver con la superexplotación a la que nos somete la empresa. Esta patronal amasa fortunas sobre la base de reventarnos en las líneas, y si una compañera de Envasamiento se agarra la mano con el robot ¡qué le importa! “Si total paga la ART”. Para ellos somos solamente un número, pero nosotros no podemos esperar que haya otro accidente, y no lo vamos a resolver solo con “habladas en el comedor”. Tenemos que tomarlo en nuestras manos, y para eso necesitamos los delegados. Lo mismo que para luchar por un aumento salarial y por el plus de fin de año.
Garantizar la elección de delegados para avanzar en la lucha
Lo vivimos y lo dijimos muchas veces: no podemos confiar en este Ministerio de Trabajo de Cristina Kirchner, que retrasó diez meses la elección de delegados y no obliga a la Kraft a acatar las leyes argentinas. Esta política de salarios bajos no es sólo de la Kraft, es la base de la política kirchnerista. El kichnerismo aunque débil mantiene a rajatabla esa política y se apoya en los sindicalistas empresarios como Moyano, para evitar que las luchas confluyan. Un gobierno que es capaz de vetar el 82% móvil cuando el 90% de nuestros jubilados están bajo la línea de indigencia no es el que va a resolver nuestros problemas.
Tenemos que tomar las elecciones en nuestras manos y exigirle al Sindicato que las garantice. El Sindicato es el que ha hecho pública la convocatoria. ¿Va a permitirle a la Kraft que se burle de las leyes argentinas una vez más? Si ellos han hecho la convocatoria es su obligación garantizar que se cumpla. Y el ministro de Trabajo debe dejar de hacerle el juego a los yanquis y tiene que permitir que todos los compañeros puedan votar para tener delegados.
Debemos pechar los 2.600 tra-bajadores todos juntos, para ga-rantizar elegir delegados para lu-char por nuestros derechos y por aumento salarial.
