Al cierre de esta edición de hoy, la mayoría oficialista del Senado francés imponía la aprobación de la ley antipopular del presidente Sarkozy prolongando la edad jubilatoria.
Pero lo hacía en una Francia conmocionada de norte a sur y de este a oeste por una histórica ola de huelgas, marchas, cortes de rutas, bloqueos de estaciones ferroviarias, refinerías, fábricas y colegios, estaciones de servicio sin nafta, barricadas, movilizaciones estudiantiles y choques con la policía.
Al cierre de esta edición de hoy, la mayoría oficialista del Senado francés imponía la aprobación de la ley antipopular del presidente Sarkozy prolongando la edad jubilatoria.
Pero lo hacía en una Francia conmocionada de norte a sur y de este a oeste por una histórica ola de huelgas, marchas, cortes de rutas, bloqueos de estaciones ferroviarias, refinerías, fábricas y colegios, estaciones de servicio sin nafta, barricadas, movilizaciones estudiantiles y choques con la policía.
Desbordando a las direcciones reformistas
El gobierno reaccionario de Sarkozy se juega a quebrar las huelgas y bloqueos con represión, o a que el comienzo de las vacaciones disuelva la tromba de trabajadores y estudiantes que su contrarreforma jubilatoria volcó a las calles.
Pero la aprobación parlamentaria está lejos de haber cerrado el paquete. Los sindicatos obreros y estudiantiles ya llamaron a nuevas jornadas de movilización para el jueves 28 de octubre y el sábado 6 de noviembre, mientras siguen multiplicando cotidianamente sus acciones.
Por todos lados florecen bloqueos de liceos (colegios secundarios), de estaciones de trenes, de refinerías petroleras, barricadas, cortes de electricidad, etc., muchas veces pasando por encima de los métodos y consignas de las direcciones sindicales reformistas o propatronales.
La cresta de la ola
La sola enumeración parcial de los bloqueos, cortes de rutas y manifestaciones de los últimos días de la semana pasada, impresiona.
En la noche del jueves al viernes hubo varios intentos de bloqueo a depósitos petroleros al mismo tiempo que la policía desalojaba por la fuerza el acceso a la refinería de Gradpuits (Seine-et-Marne, al este de París).
Unos 200 manifestantes que se proponían bloquear el depósito de carburante de la empresa Total en los suburbios de Toulouse (sur) fueron gaseados. Los trabajadores en retirada levantaron una barricada en la ruta.
En Loire-Atlantique (noroeste) los huelguistas de la refinería de la Total en Donges “requisaron” una estación de servicio y proveyeron combustible gratis al público, inmediatamente después de haber votado en asamblea mantener hasta el 29 de octubre la suspensión de la huelga.
Otra refinería de Total fue bloqueada en Le Havre (noroeste). Obreros de Renault cortaron la ruta de salida de la ciudad.
En el oeste, muchas rutas de acceso a grandes ciudades fueron cortadas con barricadas desde el amanecer, como en el puerto comercial de Brest y en Nantes, El Havre y Lorient. En Brest todas las rotondas que llevan al puerto fueron bloqueadas con neumáticos encendidos.
Empleados públicos y de comercio, obreros de la construcción, ferroviarios y otros bloquearon con fuego una plataforma logística cerca de Clermont-Ferrand (sur, al oeste de Lyon).
Obreros y obreras de una fábrica textil en Ardèche (sudeste) bloquearon la entrada de la planta. Estaban en lucha contra el plan de la empresa de despedir a 34 de sus compañeros. Pese a las amenazas de la gerencia, mantuvieron el bloqueo día y noche con el apoyo de la población. Una manifestación de secundarios acudió a respaldarlos. Finalmente la empresa debió anunciar la anulación de los despidos.
También en el sudeste, en Toulon, tuvo lugar una manifestación masiva: 35.000 manifestantes –en su mayoría jóvenes de todos los colegios secundarios de la zona– marcharon en la mañana del viernes.
En la ciudad portuaria de Marsella (sur) los huelguistas cortaron los tres túneles urbanos. Desalojados por la policía, a la tarde impidieron el tránsito de colectivos y tranvías. Finalmente ocuparon la cámara de comercio e industria de la ciudad.
Los estudiantes
El viernes 22, en las mismas horas en que el Senado debatía la ley Sarkozy, grupos estudiantiles intentaron tomar la Sorbona –la universidad que fue el emblema del “Mayo Francés” del ’68–, cercana al Palacio de Luxemburgo donde sesiona el Senado. La Unión de Estudiantes de Francia (UNEF), la mayor agremiación universitaria, convocó a una jornada de sentadas y movilizaciones el 26 de octubre preparando, en plenas vacaciones, la jornada nacional del 28.
Ese viernes habían votado la huelga en asambleas generales 34 universidades sobre las 83 de Francia (ver recuadro). Nueve de ellas habían sido bloqueadas con piquetes (igualmente votados por las asambleas) y cinco directamente cerradas.
El movimiento estudiantil es amplísimo y se organiza desde abajo en asambleas generales por facultad, que en decenas de ciudades se tornaron masivas especialmente a partir de la “jornada interprofesional” del martes 12 de octubre.
La mayoría de las asambleas proclaman su apoyo a los obreros en lucha, se pronuncian por la huelga y exigen el retiro del proyecto jubilatorio antipopular. n