“El país comprenderá crecientemente las verdaderas dimensiones de la tragedia que representa para los argentinos la súbita desaparición de Néstor Kirchner. Con él hemos perdido al estadista de mayor envergadura que nuestro país haya producido en los últimos cincuenta años. A él estará siempre ligada la transformación profunda del Estado que la Argentina experimentara a partir de 2003”, (Ernesto Laclau, Página 12, 4/11).
“El país comprenderá crecientemente las verdaderas dimensiones de la tragedia que representa para los argentinos la súbita desaparición de Néstor Kirchner. Con él hemos perdido al estadista de mayor envergadura que nuestro país haya producido en los últimos cincuenta años. A él estará siempre ligada la transformación profunda del Estado que la Argentina experimentara a partir de 2003”, (Ernesto Laclau, Página 12, 4/11).
Ernesto Laclau supo militar, décadas atrás, en “la izquierda nacional”. Radicado desde hace tiempo en Inglaterra –donde es profesor de la tradicional universidad de Essex–, es el teórico de los Kirchner desde que llegaron al gobierno.
1. ¿“Transformación profunda” de la economía nacional?
El drama más profundo para inmensas masas populares es el hambre, la desocupación, la pobreza y la precarización laboral, que se multiplicaron por oleadas desde la dictadura de Videla y Martínez de Hoz, las hiperinflaciones y crisis de Alfonsín, Menem y De la Rúa, y el hachazo a los salarios de Duhalde.
Los gobiernos de los Kirchner tuvieron a su favor el “viento de cola” de la economía mundial, con altos precios a los productos de exportación argentinos. ¿Adónde fueron a parar las riquezas gigantescas producidas durante los siete años de gobierno K? La desnutrición sigue matando a nuestros pibes en Misiones y en todo el país. La inflación ha vuelto a desbocarse y el gobierno se burla del pueblo cuando dice que no existe, como hizo el ministro Boudou. La desocupación y la precarización laboral castigan a millones, porque la reactivación relativa lograda, ha sido a costa de la superexplotación laboral: el trabajo en negro que abarca al 52% según estadísticas privadas, la tercerización que se vio en los ferrocarriles pero está en toda la producción, los planes sociales que no cubren la canasta de indigencia, y la inmensa mayoría de los salarios que no llegan a la mitad de la canasta familiar que está en $ 5.500, y mucho más en gran parte del país. 60.000 productores agrarios perdieron sus chacras. La educación y la salud públicas están en crisis por los bajos presupuestos.
Pero sí hubo plata para lo que Laclau adorna como “la ruptura de facto con el FMI”: el pago al contado de 10.000 millones de dólares, los “megacanjes” de bonos de deuda sin valor, y la fuga de divisas. Los gobiernos K le garantizaron ganancias fabulosas a monopolios, banqueros y terratenientes.
Fueron años en los que ramas enteras de la producción se enajenaron a manos extranjeras. Ya habría más de 20 millones de hectáreas en manos extranjeras. Las petroleras y las mineras imperialistas saquean las reservas naturales. Las privatizadas por Menem, siguen privadas. Lo que hicieron los K fue anclar el país al comercio deficitario con China y Brasil, con el resultado de la sojización del agro y la invasión de importaciones de esos países que arruinan a la producción nacional.
2. ¿Qué “transformación profunda” del Estado?
Los Kirchner llegaron después de 4 presidentes de “transición”, a una Argentina que seguía enfurecida por el hambre y el “corralito”, y el Estado de Sitio con el que De la Rúaintentó perpetuarlos. Llegaron de la mano deun pacto con los amigos y socios K (las petroleras, mineras, laneros, pesqueros, el juego, etc.)con Duhalde, Magnetto, Rocca, la AEA, la Sociedad Rural ytodo el elenco de poderosos que habían entrado en pánico por el Argentinazo.
Los Kirchnerjamás presentaron un habeas corpus durante la dictadura, no hicieron un acto por el 24 de marzo cuando gobernaron Santa Cruz, y reprimieron a los caceroleros de diciembre del 2001. ¡Laclau miente al presentarlos como encarnadores de la rebelión popular! La profundidad y masividad de la lucha popular fue lo que forzó a las clases dominantes, y a los Kirchner, a retroceder, concediendo conquistas democráticas y sociales, para apagar el incendio y reconstruir el aparato político del sistema, puesto en la picota por el “que se vayan todos”: el kirchnerismo se ha abrazado a “los aparatos” políticos y sindicales que declamaba combatir: la presidenta pelea la jefatura del peronismo, forcejeando con sus socios, Moyano, Scioli, y el ahora reclutado, De la Sota.
Laclau dice que Cristina K “ha representado uno de los esfuerzos más ambiciosos y sistemáticos en nuestro continente por reestructurar al Estado”. En nuestro continente, la Revolución Cubana destruyó el Estado, mostrando el único camino para construir un nuevo Estado. Otros países (México, Bolivia, etc.) hicieron reformas agrarias, o tomaron medidas nacionalistas, mientras los Kirchner defienden a los Benetton y los Menéndez, los mayores latifundistas del país y son los mejores pagadores en el mundo de la deuda ilegítima con los usureros imperialistas. Es una utopía hablar de “transformar” un Estado sin acabar con la dependencia y el latifundio. El imperialismo y la oligarquía son la base de sustentación de este Estado, de la represión y de los golpes. El gobierno K criminalizó la protesta popular con miles de luchadores procesados, y como reveló el asesinato de Mariano Ferreyra, tercerizó la represión en esa sociedad mafiosa con las patronales y los jerarcas sindicales.
En los 70, Laclau “adornaba” mejor sus ideas, invocando una “revolución” que vendría “desde arriba para abajo”, y reivindicaba las reformas sociales y nacionales de Perón. Nunca aceptó que son las masas trabajadoras las que hacen la historia. Un largo camino de luchas, con derrotas y triunfos, desde las rebeliones de esclavos y los campesinos feudales hasta las insurrecciones obreras y guerras campesinas que conquistaron el poder en la tercera parte del mundo. Fuimos derrotados, y sacamos enseñanzas para nuevos combates.
Laclau se abraza al “capitalismo triunfante”, y a los Kirchner como los mayores “estadistas” de los últimos “50 años”. Convoca al escepticismo, cuando la crisis del capitalismo hace estallar a países como Francia y Grecia, y la heroica lucha de Irak derrota a la superpotencia yanqui, o la empantana, como Afganistán.
3. Los reclamos en las calles
El drama de Laclau y los Kirchner, es que no pudieron apagar las brasas del Argentinazo. Esa era su tarea fundamental, pactada con sus ex socios Duhalde, Magnetto, Rocca y la Sociedad Rural. Fue el pacto de una nueva oligarquía con la vieja. Sin las expectativas del comienzo, se presentan como “el mal menor” frente a la otra derecha, la que quiere reemplazar el ajuste K a través de la inflación, por el ajuste clásico.
Amplias masas obreras y populares, urbanas y rurales, necesitan resolver sus problemas, y comprueban que el doble discurso K no los resuelve. Que el camino para avanzar es la calle: esel único con el que “le abrieron la mano” o “le torcieron el brazo” al gobierno. Que la unidad avanza en la calle, con multisectoriales y otras formas de coordinación de trabajadores con campesinos, estudiantes, sectores progresistas, patrióticos y democráticos.
Por eso los verdaderos dramas de la Argentina real siguen haciéndose oír en la calle. El martes, para ir a fondo con los asesinos de Mariano Ferreyra y los que los mandaron a matar, y en el Congreso para parar los desalojos de campesinos y chacareros. El jueves, también en la calle, se inicia el acampe de la CTA triunfante en las elecciones por los reclamos de los trabajadores: un plus salarial en marcha a la reapertura de las paritarias, el 82% móvil a los jubilados, y la derogación del artículo 9 y la nacionalización de Argentina Trabaja. El viernes, por esos mismos reclamos, la CCCy el MIJP, harán una nueva jornada nacional, en Buenos Aires marchando al Ministerio de Trabajo y luego confluyendo con el cierre del acampe de la CTA.
La CCC, la CTA, la FAA, junto a numerosas organizaciones y sectores progresistas, muestran el avance la unidad de las fuerzas obreras y populares. Eso le duele a los Laclau y a la nueva oligarquía kirchnerista. Y no se deja embarullar por los cantos de sirena de la vieja oligarquía.