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11 de noviembre de 2010


El enemigo principal

Documentos del PCR / tomo 6

Teniendo en cuen­ta que son ene­mi­gos estra­té­gi­cos de la revo­lu­ción argen­ti­na todos los terra­te­nien­tes, todos los impe­ria­lis­tas, toda la gran bur­gue­sía inter­me­dia­ria del impe­ria­lis­mo, todos los reac­cio­na­rios, es fun­da­men­tal deter­mi­nar, en cada momen­to tác­ti­co, el ene­mi­go prin­ci­pal. Es decir aquel que repre­sen­ta el obs­tá­cu­lo prin­ci­pal a eli­mi­nar, en un momen­to deter­mi­na­do, para poder hacer avan­zar hacia ade­lan­te el pro­ce­so revo­lu­cio­na­rio: ene­mi­go que es, por eso, el blan­co prin­ci­pal en ese momen­to. El prin­ci­pal ene­mi­go tác­ti­co.
El con­cep­to de blan­co es un con­cep­to polí­ti­co que carac­te­ri­za en un momen­to deter­mi­na­do la fuer­za más impor­tan­te que se opone a la revo­lu­ción, par­tien­do del aná­li­sis glo­bal de la situa­ción inter­na­cio­nal y nacio­nal. En la situa­ción argen­ti­na, en los últi­mos años, en la cues­tión de cuál es el sec­tor hege­mó­ni­co de las cla­ses domi­nan­tes se han pro­du­ci­do pro­fun­dos cam­bios, en el con­tex­to de los cam­bios pro­du­ci­dos a esca­la mun­dial.
En el com­ba­te por la revo­lu­ción demo­crá­ti­ca popu­lar, agra­ria y anti­im­pe­ria­lis­ta, en mar­cha inin­te­rrum­pi­da al socia­lis­mo, debe­mos tra­tar de diri­gir el fuego con­cen­tra­do, en cada momen­to y en cada caso, al ene­mi­go prin­ci­pal, sin per­der la brú­ju­la de la con­tra­dic­ción prin­ci­pal. De esta forma podrán ser apro­ve­cha­das en favor de la lucha libe­ra­do­ra todas las con­tra­dic­cio­nes inte­rim­pe­ria­lis­tas y entre dis­tin­tos sec­to­res de terra­te­nien­tes y de gran bur­gue­sía inter­me­dia­ria, y tam­bién las con­tra­dic­cio­nes de la bur­gue­sía nacio­nal con los ene­mi­gos del pue­blo y de la patria.
La situa­ción nacio­nal tien­de a com­pli­car­se cada día más, pero ello no nos debe ocul­tar que el sec­tor hege­mó­ni­co en las cla­ses domi­nan­tes con­ti­núa sien­do aún el sec­tor en el que pre­do­mi­nan los terra­te­nien­tes y mono­po­lios pro­so­vié­ti­cos o subor­di­na­dos a los inte­re­ses de ese blo­que. Ese sec­tor, el. prin­ci­pal res­pon­sa­ble de la cri­sis actual y el prin­ci­pal bene­fi­cia­rio de ella, está inte­gra­do por sec­to­res terra­te­nien­tes de la zona cerea­le­ra, lane­ra y pro­duc­to­ra de car­nes y cuero, bode­gue­ros cuya­nos, azu­ca­re­ros y citrí­co­las del Noroeste y yer­ba­te­ros del Noreste, estre­cha­men­te aso­cia­dos o subor­di­na­dos a los inte­re­ses del socia­lim­pe­ria­lis­mo sovié­ti­co y por el pode­ro­so grupo de tes­ta­fe­rros y de gran bur­gue­sía inter­me­dia­ria que con­tro­la palan­cas eco­nó­mi­cas cla­ves como: la side­rur­gia pri­va­da, el alu­mi­nio, la celu­lo­sa y fábri­cas de papel, gran­des ban­cos, enor­mes lati­fun­dios y millo­nes de cabe­zas de gana­do, parte de la indus­tria petro­le­ra pri­va­da, de la petro­quí­mi­ca, de la carne y la ali­men­ta­ción, de la indus­tria del plás­ti­co, etc. Controla las palan­cas fun­da­men­ta­les del poder esta­tal, posee un pode­ro­so apa­ra­to polí­ti­co pro­pio y una gran fuer­za en los medios de pren­sa y opi­nión públi­ca.
El sec­tor hege­mó­ni­co de las cla­ses domi­nan­tes argen­ti­nas, iden­ti­fi­ca­do prin­ci­pal­men­te con el pro­yec­to alfon­si­nis­ta, ha per­di­do el con­trol de la pre­si­den­cia de la Nación y áreas cla­ves del gobier­no nacio­nal, como resul­ta­do de la derro­ta elec­to­ral del 14 de mayo de 1989. Pero con­ser­va resor­tes fun­da­men­ta­les del gobier­no y del poder. Y, apo­ya­do por los enor­mes medios que mane­ja, se ha lan­za­do ya a la lucha por el con­trol total del apa­ra­to esta­tal y del gobier­no, uti­li­zan­do como mas­ca­ron de proa polí­ti­co –al menos por ahora– al pro­pio Alfonsín