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12 de noviembre de 2010

Estatuto

Capitulo I

Documentos del PCR / tomo 6

De los miembros del partido

De los miembros del partido

Art. 1: Puede ser miem­bro del PCR todo obre­ro, cam­pe­si­no pobre, o aque­llas per­so­nas que acep­ten el Programa y Estatutos, mili­ten en uno de sus orga­nis­mos y con­tri­bu­yan a sos­te­ner eco­nó­mi­ca­men­te al Partido.
Art. 2: El ingre­so al PCR se con­cre­ta­rá de forma indi­vi­dual median­te el aval de dos miem­bros que lo pre­sen­ten, la acep­ta­ción por la célu­la y por el orga­nis­mo inme­dia­to supe­rior.
Para la acep­ta­ción del can­di­da­to a miem­bro la célu­la ten­drá en cuen­ta las cua­li­da­des polí­ti­cas y de moral pro­le­ta­ria, los ante­ce­den­tes polí­ti­cos y méri­tos del can­di­da­to, ele­men­tos que deben pre­sen­tar quie­nes lo ava­len.
Art. 3: Habrá afi­lia­dos incor­po­ra­dos direc­ta­men­te por el CC y los comi­tés de Zona. En caso de can­di­da­tos que hayan ocu­pa­do car­gos de impor­tan­cia en otras orga­ni­za­cio­nes se reque­ri­rá para su admi­sión la auto­ri­za­ción pre­via del Comité Central.
Art. 4: Aprobado el can­di­da­to por la célu­la, se abre para éste un perío­do de cono­ci­mien­to no menor de tres meses, duran­te el cual adquie­re todas las obli­ga­cio­nes de un miem­bro no menor de tres meses, duran­te el cual adquie­re todas las obli­ga­cio­nes de un miem­bro del Partido. Mientras dure el perío­do de can­di­da­tu­ra, el can­di­da­to no puede votar ni ser ele­gi­do. Se esta­ble­ce­rá la forma más con­ve­nien­te en que cada can­di­da­to par­ti­ci­pa­rá de la acti­vi­dad del Partido.
En el caso de los can­di­da­tos obre­ros que sean cono­ci­dos sufi­cien­te­men­te, polí­ti­ca y per­so­nal­men­te por la célu­la, con la apro­ba­ción del orga­nis­mo supe­rior, serán admi­ti­dos como miem­bros sin nece­si­dad de ajus­tar­se al perío­do de can­di­da­tu­ra.
Art. 5: Cumplido el perío­do de tres meses esta­ble­ci­do como míni­mo, la célu­la, en una de sus reu­nio­nes ordi­na­rias, debe con­si­de­rar la situa­ción del can­di­da­to, ana­li­zar su acti­vi­dad y resol­ver su incor­po­ra­ción, la pro­lon­ga­ción del perío­do de can­di­da­tu­ra o des­car­tar­lo como posi­ble miem­bro. El orga­nis­mo supe­rior de la célu­la rati­fi­ca o rec­ti­fi­ca su deci­sión.
Art. 6: Cualquier miem­bro del Partido que sin causa jus­ti­fi­ca­da deje de actuar duran­te seis meses podrá ser dado de baja del Partido, median­te reso­lu­ción del orga­nis­mo corres­pon­dien­te. Resolución que debe ser pues­ta en cono­ci­mien­to, para su apro­ba­ción, del orga­nis­mo supe­rior. Igual medi­da podrá apli­car­se a quien demues­tre rei­te­ra­da incon­se­cuen­cia en su mili­tan­cia.
Art. 7: Cada dos años el Comité Central debe­rá rea­li­zar a tra­vés de la forma que éste deci­da, de acuer­do a las cir­cuns­tan­cias con­cre­tas, una actua­li­za­ción de todo el padrón de afi­lia­dos.
Art. 8: El afi­lia­do al Partido Comunista Revolucionario de Argentina debe:
a)    Luchar por los inte­re­ses del pro­le­ta­ria­do y el pue­blo de la Argentina y del mundo.
b)    Servir al pro­le­ta­ria­do y al pue­blo colo­can­do los inte­re­ses del pro­le­ta­ria­do y los del Partido por enci­ma de los par­ti­cu­la­res aun a costa de la pro­pia vida.
c)    Estudiar sis­te­má­ti­ca­men­te y defen­der e inte­grar el mar­xis­mo-leni­nis­mo-maoís­mo con la prác­ti­ca con­cre­ta de nues­tra revo­lu­ción; luchar con­tra el revi­sio­nis­mo.
d)    Estudiar, defen­der e inte­grar la línea gene­ral del par­ti­do con la rea­li­dad par­ti­cu­lar donde actúa.
e)    Practicar la línea de masas, prac­ti­car el méto­do demo­crá­ti­co, la crí­ti­ca y la auto­crí­ti­ca. Cuanto más impor­tan­te es la res­pon­sa­bi­li­dad del cama­ra­da u orga­nis­mo tanto más rigu­ro­sas deben ser la crí­ti­ca y la auto­crí­ti­ca.
f)    Aplicar incon­di­cio­nal­men­te las reso­lu­cio­nes del par­ti­do una vez apro­ba­das. Persistir en el mar­xis­mo con­tra el revi­sio­nis­mo; luchar por la uni­dad del par­ti­do con­tra la esci­sión; pro­ce­der con fran­que­za comu­nis­ta y luchar con­tra la intri­ga.
g)    Mantener a pre­cio de la pro­pia vida los secre­tos del Partido y prac­ti­car la vigi­lan­cia revo­lu­cio­na­ria; ser infle­xi­bles ante los ene­mi­gos de clase. Cumplir y hacer cum­plir estric­ta­men­te las nor­mas de clan­des­ti­ni­dad.
h) En caso de caer dete­ni­dos man­te­ner en alto nues­tra ideas y no hablar ni fir­mar nada que com­pro­me­ta o pueda ser usado por el ene­mi­go para com­pro­me­ter, en el pasa­do, pre­sen­te y futu­ro la lucha revo­lu­cio­na­ria de masas y el Partido; derro­car a los tor­tu­ra­do­res con el silen­cio, impug­nar los tri­bu­na­les mili­ta­res y negar­se a decla­rar en ellos, negar­se a res­pon­der a toda pre­gun­ta sobre la per­te­nen­cia orgá­ni­ca al Partido; prac­ti­car una polí­ti­ca de vigi­lan­cia ante los agen­tes del ene­mi­go en la cár­cel, y dar a los trai­do­res y expul­sa­dos el trato de tal, tanto afue­ra como aden­tro de la cár­cel.