Exigieron su desprocesamiento y la anulación de la infame acusación de la Justicia que le imputa ser autor de homicidio en riña, en ocasión de incidentes que tuvieron lugar frente a la sede gremial de Atilra de Rosario.
Si hay algo absolutamente claro y demostrado en el expediente, es que Delmonte es absolutamente ajeno a los confusos episodios de ese día con participación de patotas y “barras bravas”, que tuvieron como consecuencia un obrero muerto de un balazo.
Exigieron su desprocesamiento y la anulación de la infame acusación de la Justicia que le imputa ser autor de homicidio en riña, en ocasión de incidentes que tuvieron lugar frente a la sede gremial de Atilra de Rosario.
Si hay algo absolutamente claro y demostrado en el expediente, es que Delmonte es absolutamente ajeno a los confusos episodios de ese día con participación de patotas y “barras bravas”, que tuvieron como consecuencia un obrero muerto de un balazo.
La embestida falaz contra Eduardo Delmonte es por el papel crecientemente desarrollado por la CCC para poner al desnudo el hambre y la desocupación y por la constitución de un inmenso frente único exigiendo trabajo genuino y la nacionalización del Plan Argentina Trabaja, que ha unido a la mayoría de las organizaciones de desocupados, a la CTA, numerosos gremios, organizaciones empresarias, los colegios de profesionales, la Iglesia y los gobiernos municipal y provincial en esa exigencia.
Todo esto se puso de manifiesto en los centenares de manifestantes que llegaron a Tribunales, en la delegación que acompañó la entrega de miles de firmas de muy diversas procedencias y en el acto de cierre en el que hablaron entre otros, el padre Yaco de Capitán Bermúdez, y representantes de Amsafe, obreros despedidos de Sancor, Comedores Independientes, COBA (con una nutrida delegación), Pueblos Originarios en Lucha, CCC, ALDE, PCR.
Finalmente, Delmonte agradeció la solidaridad y aseguró que la lucha emprendida no va a ser detenida por la criminalización, porque surge de las necesidades más urgentes del pueblo.
En el transcurso de la marcha, integrada por un contingente numeroso de estudiantes universitarios, se hizo una escala frente a los Tribunales Federales, par exigir también el desprocesamiento de varios estudiantes, acusados de “privación ilegítima de la libertad”. Estos fueron denunciados por las autoridades universitarias de la UNR, para frenar las luchas estudiantiles contra sus políticas reaccionarias y de sometimiento a las directivas del gobierno nacional en todos los terrenos, con la complicidad de la cúpula de la Franja Morada.