El incremento de los precios de los alimentos básicos hace que, tanto para los que dependemos de un salario, de la jubilación o de un plan, se nos hayan licuado los aumentos que tantos esfuerzos costó conseguirlos.
El incremento de los precios de los alimentos básicos hace que, tanto para los que dependemos de un salario, de la jubilación o de un plan, se nos hayan licuado los aumentos que tantos esfuerzos costó conseguirlos.
La consultora privada FIEL reconoce que en los últimos 12 meses la canasta básica mensual para una familia tipo (o sea dos hijos), se encareció en $404 (casi el equivalente a la asignación por dos hijos que hoy suma $440), y dice que para octubre pasado una familia tipo para no ser pobre tenía que ganar $2.017 por mes, cifra a la que no llegan el 33% de los hogares.
¿Sirve el control de precios de este gobierno?
Los golpes en la mesa que da Guillermo Moreno con los grandes monopolios de alimentos no sirven, a veces nos confunde y nos hace creer que el gobierno realmente nos tiene en cuenta y cuida nuestros ingresos. Pero si esa fuera su intención ya habría sacado el IVA a los productos básicos, en vez de haber pagado la deuda usuraria e ilegítima, entre ellas al mismísimo FMI, y ahora a los acreedores del Club de París. Hubiera destinado ese dinero, por ejemplo, al desarrollo de los frigoríficos y a aumentar la cantidad de ganado de los pequeños productores en lugar de profundizar la sojización del agro. Hubiera desarrollado cientos de ferias barriales para que los productos frescos vengan directamente de las quintas que rodean las ciudades, sin pasar por los grandes mercados de concentración mafiosos, o que los supermercados obtengan mejores precios de compra.
Medidas hay, y muchas, si se quiere ser realmente popular y progresista. Por ejemplo, los acuerdos de precios y las ofertas son sólo para los grandes supermercados, y a veces hay que tener tarjeta de débito o crédito, lo que hace que la brecha de los precios con los comercios cercanos a nuestros barrios estén un 15% más altos.
Es necesario enfrentar y sacar el poder a los grandes monopolios concentradores, confiando en la organización del pueblo para apoyar y defender esas medidas. Es lo que debemos exigir porque de ello depende el alimento de nuestros hijos y es lo que nos corresponde en un país donde abundan las tierras fértiles y no debería haber ni una sola persona que no pudiese comer y vivir dignamente.
