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16 de marzo de 2011

Cristina y los salarios

Hoy 1360 / El pez por la boca muere…

En su discurso del 1 de marzo ante el Congreso Nacional, la señora presidenta Cristina Fernández, balanceando los beneficios que obtienen los empresarios con su política de “dólar alto”, afirmó:
“Si uno mira el tipo de cambio deflactado por salarios promedio 1995-2001, era del 1.33; en diciembre es del 1.83, una diferencia del 37,4 por ciento”.

En su discurso del 1 de marzo ante el Congreso Nacional, la señora presidenta Cristina Fernández, balanceando los beneficios que obtienen los empresarios con su política de “dólar alto”, afirmó:
“Si uno mira el tipo de cambio deflactado por salarios promedio 1995-2001, era del 1.33; en diciembre es del 1.83, una diferencia del 37,4 por ciento”.
¿Qué les está diciendo a los empresarios con esto la presidenta? Que el llamado “modelo kirchnerista” les está garantizando una superexplotación de los asalariados muy superior al de la época menemista. Pues esas cifras para los trabajadores significan que el promedio de los salarios, medido en dólares, hoy es un 37,4 por ciento menor al periodo más nefasto de la convertibilidad, sin que se pueda decir que, en término de dólares, el costo de la canasta familiar hoy sea inferior al de aquella época…
En su entusiasmo por señalar cuánto su política ha favorecido “el clima de negocios”, destacó como ejemplo “la muy buena rentabilidad que han tenido las entidades financieras”:
“Les doy un dato: en los ‘90, la relación entre activos y patrimonios era del 8.3 en los bancos; ahora es de 8.6, prácticamente lo mismo. Sin embargo, la rentabilidad en los años ’90 en el sector financiero era del 3.9 y en el año fue del 24.5”.
Por lo visto, mientras los salarios (el precio de la fuerza de trabajo) siguen estando fuertemente retrasados en relación a los otros precios del mercado (en lo que se expresa la mayor explotación de los trabajadores), la presidenta Cristina se enorgullece de que hasta la denostada “patria financiera” de los ’90, obtenga ganancias muy superiores a las de aquella época. Y después tiene el tupé de “convocar” a los trabajadores a defender “el proyecto y el modelo”, del cual dice son “los primeros beneficiarios” (¡¿?!).