Bajo la consigna “El poder que marcha, por la conquista de una segunda independencia y contra el latifundio”, las delegaciones de distintos asentamientos de las 10 regiones donde trabaja la FNC se concentraron el día 23 en el Seminario Metropolitano que pertenece al Episcopado de la Iglesia Católica del Paraguay.
Bajo la consigna “El poder que marcha, por la conquista de una segunda independencia y contra el latifundio”, las delegaciones de distintos asentamientos de las 10 regiones donde trabaja la FNC se concentraron el día 23 en el Seminario Metropolitano que pertenece al Episcopado de la Iglesia Católica del Paraguay.
Durante todo este día se desplegaron centenares de banderas y carteles de distintas localidades y áreas de trabajo: “por la Reforma Agraria y el cumplimiento de las promesas electorales”, decía uno; “Las mujeres antiimperialistas seguimos luchando por salud, Reforma Agraria, contra el machismo y la discriminación”, firmaba la Secretaria de la Mujer de la FNC; “Viva la resistencia contra la sojización”, decía otro. Un toldo especialmente visitado era el de la Asamblea de Inmigrantes Paraguayos en Argentina, que mostraba fotografías de las condiciones de vivienda de familias paraguayas en el Gran Buenos Aires, así como recortes de reportajes y actividades publicados en nuestro semanario hoy.
Por la noche se hizo un panel con tres disertantes cuyo tema era la historia del Paraguay. Participaron: la compañera Belén Imas en nombre del Movimiento Popular Revolucionario Paraguay Pyahura; el asesor la FNC, sociólogo Víctor Imas y el Dr. Aníbal Carrillo, dirigente de Tekojoja (partido oficialista que responde al presidente Lugo). Además del origen histórico del latifundio en Paraguay, se cuestionó, al abrirse el debate, la política de Lugo, que abandonó la consigna de reforma agraria que había levantado durante su campaña electoral.
Poder en marcha
En la mañana temprano del día 24 comenzaron a organizarse las columnas para iniciar la marcha. A la cabeza una nutrida cantidad de mujeres, tras las cuales se ubicaron algunos de los principales dirigentes del MPRPP acompañados por la delegación del Partido Comunista Revolucionario y de la Juventud Comunista Revolucionaria de la Argentina. Luego los niños que en el campamento del Seminario eran 150, cuidados por mujeres y hombres, tarea altamente valorada por el conjunto del partido y la FNC, los más chiquitos venían en dos colectivos cubiertos de carteles y adornos.
Los 7 mil campesinos que integraban las columnas estaban flanqueados por las compañeras y compañeros de la seguridad. Varias cuadras más adelante se incorporaron 600 jóvenes campesinos y estudiantes, que por primera vez marchaban con su propia columna.
Al llegar a la plaza principal, se realizó un acto, iniciado con danza y música paraguaya bellamente interpretadas por compañeras. Luego se hizo una representación dramática de una brigada, método que utiliza el movimiento para la crítica y la 1autocrítica ante y con las masas, para corregir las desviaciones que impone el “oportunismo machista” y el “oportunismos económico”, a cargo de un grupo de veinte compañeras y compañeros, niños, jóvenes y veteranos. Fue muy aplaudida y festejada con risas del público. Luego dirigió un saludo la compañera Lucy Edelman de la delegación del PCR de la Argentina. Hablaron, por la Corriente Sindical Clasista el compañero Ermo Rodríguez, por la Asamblea de Inmigrantes Paraguayos en la Argentina, la compañera Marta Martínez, y la compañera Teodolina por las mujeres de la FNC. Cerró el acto el secretario general de la Federación Nacional Campesina, Odilon Espínola.
La tierra en Paraguay
En el periódico Paraguay Pyahurá Ryapú, distribuido durante la marcha, se sintetiza la historia y el presente del pueblo hermano del Paraguay. Con el título “El despojo tras el genocidio de 1870”, se dice: “la desigual distribución de la tierra en Paraguay es una de las trágicas consecuencias del genocidio dirigido por el imperialismo inglés, llamada Guerra de la Triple Alianza. Con esta expoliación a la soberanía y a nuestro territorio, los paraguayos y paraguayas tuvimos que pagar las “deudas” de guerra con los gobiernos de los países complicados con este proceso (Brasil, Argentina y Uruguay). Bajo otro título: “La primera consecuencia de esta feroz concentración es la existencia de los sin tierra”, se agrega, “La Dirección General de Estadísticas, Encuestas y Censos señala que en 2002 ya existían en nuestro país unas 121.658 familias carentes de tierra, que multiplicadas por cantidad de miembros de familias rurales (promedio de 5) daban un aproximado de 608.290 personas”.
Con esta historia y este presente es que avanzan las fuerzas capaces de llevar al pueblo paraguayo a la conquista de la segunda independencia.
