El gobierno kirchnerista dice que nada tiene que ver con la inflación, que tiene las cuentas equilibradas, incluso que tiene superávit fiscal. Sin embargo, esto no es así ya que si vemos las cuentas del Tesoro, nos vamos a encontrar con que el gobierno tiene un déficit fiscal real de 29.065 millones de pesos. Pues ha contabilizado como ingresos propios del Tesoro supuestas ganancias del Banco Central por 21.247 millones de pesos y tomado como ganancias propias otros 8.606 millones de pesos, que corresponden al fondo de sustentabilidad de la Anses.
El gobierno kirchnerista dice que nada tiene que ver con la inflación, que tiene las cuentas equilibradas, incluso que tiene superávit fiscal. Sin embargo, esto no es así ya que si vemos las cuentas del Tesoro, nos vamos a encontrar con que el gobierno tiene un déficit fiscal real de 29.065 millones de pesos. Pues ha contabilizado como ingresos propios del Tesoro supuestas ganancias del Banco Central por 21.247 millones de pesos y tomado como ganancias propias otros 8.606 millones de pesos, que corresponden al fondo de sustentabilidad de la Anses.
Mientras esto segundo es plata contante y sonante que se les roba directamente a los actuales y futuros jubilados, lo primero es un robo a toda la población a través de la inflación. Pues eso que llaman “ganancias” del Banco Central no son siquiera tales. Surgen simplemente de un juego contable, por lo que su disposición por el gobierno significa la impresión lisa y llana de más billetes, con los que se alimenta la inflación. En este caso fueron 21.247 millones de pesos que se emitieron sin respaldo en 2010.
A esto se agrega el uso de las reservas del Banco Central para pagar deuda pública interna en vez de hacerlo con recursos del Tesoro, lo que significa una emisión adicional de pesos sin respaldo (con un papel a 10 años que se le entrega al Central), tampoco de pequeña monta. En 2010 fueron por 4.500 millones de dólares, unos 18.000 millones de pesos. Para 2011, la cifra aumentó a 7.500 millones de dólares, lo que significa que por ese solo concepto se volcarán al mercado otros 30.000 millones de pesos más sin respaldo, para sus amigos usureros Brito, Heller y compañía. Así no alcanza la Casa de la Moneda para imprimir billetes, por lo que se siguen importando también desde Brasil.
¡Después el gobierno dice que no tiene nada que ver con la inflación!